Descripción de la Exposición No te prometo un mundo maravilloso continúa la línea de trabajo que Cristina Fontsaré iniciara con Visiones Nocturnas (Museo de la Universidad de Alicante, 2006) serie a la que, en un principio, podríamos acercarnos como a un conjunto de paisajes nocturnos de composición más o menos afortunada. Sin embargo, no tardamos mucho en advertir cómo numerosos detalles comienzan a sugerir relaciones entre las imágenes y un criterio en la reiteración de las apariciones, como un mantra, de las figuras en el inmenso escenario natural que sirve de fondo. Las tomas, realizadas de noche con muy simples medios de producción, en los valles del pirineo de Lérida, inciden en la vastedad de un espacio salvaje apenas marcado por el hombre y tan solo aprehensible en los momentos puntuales de iluminación dirigida con que se compone la puesta en escena.
Las casas limítrofes con la oscuridad, las caravanas en medio de parajes desolados, propician un escenario para experiencias que la vigilia puede confundir con facilidad. La marcada horizontalidad del formato panorámico más común a sus piezas dota de una tremenda fuerza al escenario nocturno de modo que tenemos la sensación de estar asistiendo más a una aparición de presencias fugaces que al registro de unos sucesos determinados. El silencio de la noche no se rompe por unos niños, que, absortos, parecen mirar más allá de la piscina, de la casa, de la cámara. Esta actitud ensimismada se contagia al espectador que se sume en una contemplación “suspendida”.
Y hablando de contemplación en la noche, dado el espectáculo natural, busquemos la ruina: aunque éste es un motivo tópico, lo es menos si no aparece tan marcado el tiempo del pasado remoto e inalcanzable desde la experiencia presente, cuando aún es tan cercano que podemos proyectarlo en paralelo al presente. Así los coches o los columpios abandonados, la imagen del espacio de recreo en reciente desuso suscita otra emoción distinta a la melancolía clásica, porque no provoca tanto la aceptación lúcida de lo inevitable cuanto el deseo consciente de lo imposible, el “I wish you were here…”, el ojalá en primera persona, el tiempo interno del que vemos las proyecciones a las que asistimos. De hecho, la inclusión de títulos explícitos (“a los ocho años”, “recuerdo algo” o “los árboles han crecido”) en las imágenes marcan esta conciencia de los distintos tiempos (aunque no tienen por qué estar motivados por episodios biográficos). Así todo en las imágenes de CF nos remite a través de citas sutiles (la noche, la naturaleza todopoderosa, la ruina de la fábrica humana, la niñez perdida) a la confusión de límites precisos entre la experiencia de la realidad y su evocación fantástica o fantasmagórica: un fantasma, no es otra cosa que una imagen, la impresión visual que deja un estímulo y se desvanece en la noche del tiempo (si no la fotografías).
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España