Ninoska de Gracia (hija del también muy notable pintor Manuel de Gracia) dota a su pintura de un intenso colorido y vivacidad, siempre buscando los rincones que ella más admira, en especial la zona de La Vera (Cáceres), donde encuentra gran inspiración rodeada de un entorno paradisíaco: cerezos, higueras, chopos, la sierra de Gredos… Pero no es sólo el paisaje, es también ese tan modo tan personal, tan entrañable, de pintar los interiores que habita, tan llenos de color y forma.

Por tanto, paisajes e interiores, sobre los que Ninoska aplica su paleta de gamas magistralmente combinadas, con una pincelada cada vez más suelta y abierta, lo que hace de esta exposición del verano 2007 un auténtico motivo de gozo para los sentidos.