Descripción de la Exposición De formación es autodidacta, aunque estudió grabado y talla en piedra en la escuela libre del antiguo Hospital de Barcelona; Juan Luis Goenaga es un creador singular cuya trayectoria destaca por ser una de las más personales del arte vasco contemporáneo. Defiende el compromiso de vivir la pintura, 'como algo necesario', como una energía interior que tiene que salir. Porque para él 'la pintura es la continuación de la vida' y su vida está ligada al en torno natural. Desde su caserío en Alkiza representa en sus trabajos lo que está más próximo y cercano, filtrado por una mirada subjetiva que desea 'vivir en la pintura al lado de la naturaleza es una ósmosis sentida en la intimidad, un diálogo abierto de la mañana a la noche'. En consecuencia, su obra celebra una 'comunión con el cosmos', según explica Edorta Kortadi1 al hablar de este pintor 'selvático y profundo' que ha compuesto un universo simbólico, un paisaje ancestral plagado de recorridos por las cuevas de Ekain, Altxerri o Guara y por las formas antropomorfas, orgánicas y vegetales, habitualmente articuladas en series. Goenaga pertenece a la generación posterior al grupo 'Gaur' y se ha mantenido al margen creando una carrera en solitario. Tras instalarse en Alkiza en 1970, comenzó un proceso de descubrimiento de la naturaleza acompañado por lecturas vitales de Oteiza, Baroja, Barandiarán, Lovecraft y otros compañeros de viaje que le ayudaron a conocer las huellas del pasado y lo esencial de la historia. También en los años setenta pintó la oscuridad de la noche, los sonidos, las sombras y su silencio representadas en 'Zelatun', la obra ganadora del VI Certamen de Pintura Vasca. Continuó con series como 'Belarrak' (hierbas), 'Hari-matazak' (madejas de hilo), con alguna incursión en la fotografía y con otros conjuntos emblemáticos como 'Sustraiak' (raíces), emparentados con el mundo vegetal, con la tierra y con cierto informalismo matérico pero con un matiz simbólico y etnográfico. A finales de los setenta, en una época política difícil, la figuración más inquietante apareció en sus composiciones de encapuchados, mujeres 'Kukurutxoak' (1977) y retratos que muy pronto dieron paso, ya en los ochenta, al expresionismo de escenas corales de gran dinamismo y a las visiones urbanas: primero de la serie 'Katástrofes' y luego sobre las calles de San Sebastián. Unos años antes filmó algunas películas en super-8, con los pintores José Llanos y Ramón Zuriarrain, en las que la escenografía jugaba un papel fundamental. En 1985 obtuvo, con imágenes de bodegones, los primeros galardones de la I Bienal de Donostia y el Villa de Bilbao y ese año se instaló durante una temporada en París realizando imágenes casi abstractas muy matéricas, de corte expresionista y relacionadas con las relecturas de la transvanguardia europea, que había conocido de primera mano unos años antes en la Documenta de Kassel. En 1986 en Madrid participó en la colectiva 'Periferias' junto a Broto, Gordillo, Guerrero, Lamas, Patiño y Uslé, entre otros, y fue seleccionado por el crítico Miguel Logroño para el 'Salón de los XVI' de ese año. Para cuando en 1987 consiguió el primer premio de pintura Gure Artea, Goenaga ya había definido un universo personal que miraba atentamente a la naturaleza, a la antropología o la arqueología y que concluyó en el desarrollo de una extraordinaria experiencia visual, profunda y serena, densa y rotunda en las composiciones. En 1987 expuso en la galería Tossan-Tossan de Nueva York y al año siguiente en la Sala Parat de París. Con el paso de los años son numerosas las exposiciones que han presentado sus obras reiteradamente: desde su primera individual celebrada en 1973 en el Museo de San Telmo de San Sebastián, donde volvió a exponer en 1979 y 1986, hasta las sucesivas citas en las galerías donostiarras El Pez, Dieciséis y Altxerri, alternadas con sus citas en Bilbao con las galerías Lúzaro, Arteta, Windsor Kulturgintza y Epelde & Mardaras, mientras que en el Museo de Bellas Artes bilbaíno expuso sus trabajos en 1978. En Madrid su presentación llegó de la mano de la galería Iolas Velasco (1976), después con Egam (1986) y más tarde con Albatros (1989 y 1992), Afinsa (1993 y 1997), Luis Burgos (2007) y con Báculo en 2000 y en la exposición actual de 2009. Entre todas estas muestras destaca la amplia y completa retrospectiva que se celebró en el Koldo Mitxelena de San Sebastián 'Ilbeltza' (por caminos de sombras y silencio) donde se reunieron obras desde 1969 a 1995. En los años noventa Juan Luis Goenaga recuperó el pulso del paisaje, de las lecturas de Breuil, Aranzadi y Barandiarán, creando la serie 'Románico' o el siguiente repertorio de 'Geologiak' y los desnudos femeninos 'Bilutsik' de 1995 que adelantaron otras imágenes de años posteriores. Porque en la prolífica y 'metamórfica' obra de Goenaga convergen de manera habitual las voces altas, más abstractas, sombrías y expresivas, cargadas de evocaciones o ligadas tanto a la materia, elementos u objetos como al gesto, al color y a la veta brava que el pintor lleva dentro. Estas voces altas confluyen con los ecos de una figuración cálida de luces vigorosas, deseos y emociones, enunciadas en retratos que no esconden un erotismo matizado. Y con todo, su pintura 'intimista y escueta', según sus palabras, supera los retos con un planteamiento integrador que acostumbra a dar salida a una corriente interna, profunda e intensa que se hace sentir ante el espectador.
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España