Se habla sobre lo irreal, lo inexistente y su existencia, sobre lo aleatorio y natural, atrapado en un instante de su recorrido etéreo y fugaz por el único plano sobre el que nuestros sentidos actúan con éxito. Este plano queda representado en el papel por una mancha fruto del libre albedrío, al no pretender, a la hora de crearla, seguir reglas de composición alguna ni la obtención de lo figurativo. Simplemente mancha, cambiante de forma hasta el último momento de su asentamiento total.
Como si de una nube se tratase, y consiguiésemos detener su mutación en un involuntario instante. Pero la nube no se deshace dejando a nuestra mente sedienta de plasmar su imaginación sobre lo que la rodea, de forma palpable, si no que se conserva, dando la oportunidad de trabajar sobre ella, de volcar en su naturaleza el pensamiento sobre ésta misma. Se trata de un diálogo...entre lo existente de forma natural, y la mente humana trabajando con la naturaleza como combustible e influencia, aunque en la creación de éstas imágenes también intervenga el germen , diferente en cada mente, que influye en visión y pensamiento.
Suele darse el caso de que surja una imagen clara, reconocible, y/o con algún significado personal, referente al pensamiento o la ideología del creador. Pero, a su vez, existe la posibilidad de un resultado abierto, en el que, cuantos más ojos miren, más contenido surgirá.
Nunca hay que cerrarse en una sola visión. Hay que hacer todo lo posible para cambiar de ángulo, de punto de vista a la hora de plantearse cualquier cosa, ya sea la situación que se tiene delante, recordando el pasado, o visionando el futuro, aun siendo éstas dos últimas inexistentes. Dicha idea queda reflejada en la obra, de forma que ésta no puede verse desde una sola perspectiva, sino que para adivinar su contenido total, es necesario en muchos casos colocarla en distintas posiciones, incluso, muchas de estas, a contraluz.
No existe una conclusión única y válida para cada obra, una lectura para cada figura que aparezca o deje de aparecer, que interactúe con otra figura o con la nube en sí, ni una sola interpretación para la imagen que se presenta. El observador puede ver en la nube algo que al creador ni se le pasó por la cabeza que pudiese existir, pero lo ha creado, de forma subconsciente, aleatoria, natural y pura, trabajando posteriormente sobre la totalidad, o fragmentos de este plano fruto del libre albedrío.
De cada nube saldrá más figura según sea mas contemplada, yo busco crear nubes, otorgarles el significado que por "gracia natural", por así decirlo, recaiga sobre ellas, y la posibilidad, a éstas, de poseer más lecturas, poseyendo una gran profundidad.
Entrada actualizada el el 25 abr de 2019
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