Descripción de la Exposición
En la historia del arte contemporáneo, desde las primeras vanguardias, la cultura popular ha venido siendo una fuente de inspiración fundamental para resolver la célebre ecuación arte/vida -ello debido al dinamismo y capacidad de transgresión de estas formas culturales nacidas en los nuevos medios urbanos y que atraen, inexorablemente, a muchos artistas -, pero, sobre todo, ha sido un recurso inestimable para romper con el hermetismo, las derivas formalistas y meramente autorreferenciales, como lo es, también, su connotado elitismo -social, económico y de todo tipo -, en que, periódicamente, desfallece el arte “de tendencia” a consecuencia de su desafecto por la mencionada ecuación. A la vez, la industria de cultura de masas, el márquetin y la publicidad, con su capacidad de neutralizar cualquier subversión de lo establecido, ha contribuido a la conversión de ese arte en moda, esclerotizándolo aún más, mientras las auténticas expresiones populares, inmunizadas desde su nacimiento respecto a dicho fenómeno, con sus múltiples defensas, se convierten hoy, una vez más, en su posible tabla de salvación.
La exposición colectiva NeoPop reúne en Galería Orfila a cuatro artistas cuyo trabajo y trayectorias se inscriben en la estela de aquel movimiento, el Pop, que nació en la segunda mitad del siglo pasado y desbordó los límites de lo plástico o artístico para ser reflejo y creador, al mismo tiempo, de una nueva cultura, asociada al empoderamiento de los jóvenes y a la moda -momento que corresponde, entonces, a la consolidación de la sociedad de consumo - como hecho estético y su vía de propagación. Así, la pintora Angie Gray, que reside, actualmente, entre su California natal y Madrid, y que tuvo un activo papel en la “Movida madrileña” como actriz en algunas películas de Almodóvar, entre otros directores, modelo de fotógrafos y de moda (apareció en revistas como Vogue o Elle), cuando inició su carrera artística (había estudiado Bellas Artes en la en la Universidad de California Irvine y en la Arts Students League de Nueva York, ciudad donde también aprendió serigrafía con Louis Waldon, miembro de la Factoría Warhol; realiza, después, exposiciones de pintura en Estados Unidos, Francia, Ecuador, además de en España), presenta en esta exposición una serie de obras cuyo asunto, como ella misma declara, trata de la moda como nostalgia -pues, la Nostalgia está de moda -, bien que desde una actitud vitalista en la que caben el absurdo y el humor, junto al homenaje y evocación de canciones famosas, con que titula algunos de sus cuadros, de David Bowie, Bob Dylan o Echo & the Bunnymen.
Carlos Bloch, coetáneo también de aquel momento y experiencias, cuando, en 1972, traslada su residencia desde sus Palmas natal a Madrid, partícipe en la contracultura de aquella década (La Banda de Moebius y La Vaquería), y, seguidamente, en la “nueva figuración” y la “Movida” (ilustrador en las revistas La Luna de Madrid y El Canto de la Tripulación), realizando su primera exposición individual en la Galería Moriarty (1982), mantiene, desde entonces, un activo papel como pintor a través de exposiciones (individuales como en las madrileñas galerías Sen, en 1994, o, las más recientes, en ASPA, 2019 y 2022, en La Haya, Argel, Rabat, Lyon, Las Palmas y otras ciudades españolas), así como colaborando con grupos y editoriales de idéntico signo contracultural que en sus comienzos. Su pintura cuestiona su adscripción a estilo, técnica o género alguno, sino que, según sus palabras, parte de un “ars combinatoria” que favorece la experimentación y en la que cada una de ellos plantea sus divergencias y negaciones.
La artista coreana Kay Woo, tras licenciarse en Bellas Artes, especialidad de escultura, en la Universidad de Seúl, y estudiar diseño gráfico y publicidad en Chicago (EE.UU), formó parte de la plantilla de escultores del departamento de diseño de General Motors en Detroit, a lo que se dedicó durante doce años, desarrollando nuevos modelos de coches. En el año 2001 se traslada a Madrid, cuando se vuelca de pleno en su vocación artística, especialmente la escultura, exponiendo en Seúl, Londres, Bruselas, Roma, Barcelona y Madrid, entre otras ciudades. En esta ocasión, presenta su serie pictórica dedicada a los caballos, un homenaje a estos majestuosos animales: composiciones a base de colores planos en las que sus amigos equinos protagonizan encuentros maravillosos en interiores y ambientes de nuestra cotidianidad; una suerte de surrealismo pop.
Karina Kawai ha residido en Colombia y, después, en Japón, países de origen, respectivamente, de su madre y de su padre. Se instala finalmente en España, donde se licencia en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid y desarrolla su carrera profesional como gemóloga y en el oficio de la joyería, diseñando esculturas minimalistas realizadas en plata o en oro, y joyas para el ámbito comercial. Como pintora, ha participado en exposiciones colectivas: en el Centro Cultural de Las Rozas y en muestras promovidas por la Comunidad de Madrid para jóvenes artistas. La multiculturalidad se ve reflejada en sus obras, bajo los ascendientes del comic y, en concreto, el manga japonés, sumados a la narrativa, a veces incisiva, de la tradición de la gráfica popular latinoamericana y los collages del neodadaísmo y el pop europeos.
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España