Descripción de la Exposición
Para el filósofo alemán George Simmel, el paisaje es la manera como la naturaleza se revela estéticamente y es, en este sentido, la más importante construcción intelectual sobre el mundo natural. Para los pintores, supone la oportunidad de reflexionar sobre la naturaleza desde la composición, de acuerdo a la histórica definición del cuadro como ventana. Desde la antiguedad se ha abordado a partir de diversos enfoques, uno de ellos el de la naturaleza antes del paisaje. Para el pensamiento medieval, la naturaleza se representa por sus valores simbólicos y alegóricos derivados de las sagradas escrituras, los evangelios apócrifos y relatos hagiográficos. Del mismo modo, se incorporaba como un elemento ornamental que adornaba los bordes de las imágenes, como en los Libros de Horas. La aparición del paisaje se define, entre otras cosas, por el hecho de que la naturaleza dejó el lugar decorativo y marginado del medioevo para ser el tema central de la imagen, sustituyendo a las escenas religiosas: un cambio que ejemplifica el paso de la antigüedad a la modernidad del Renacimiento. En este contexto, son muy importantes los motivos florales como marco que introduce al espectador en una escena, como los célebres retratos de vírgenes y santos con guirnaldas, una invención atribuida al pintor flamenco Jan Brueghel el Viejo y cuya implementación podemos ver en obras novohispanas.
Durante los siglos XVII y XVIII, la pintura está destinada a la reconstrucción visual de un lugar, real o imaginario, que permite al pintor concebir escenas donde un punto geográfico adquiere diversas modulaciones. El paisaje deja de ser un telón de fondo, adquiere personalidad y carácter, dominando toda la escena. Una vez alcanzada su independencia, el género del paisaje fue protagonista absoluto desde el Renacimiento y sobre todo durante el siglo XVII flamenco, también llamado el “siglo de oro” de la pintura holandesa, que se caracterizará por su proliferación e innovación. Junto al retrato y el bodegón, fue el más cultivado por los pintores desde entonces. Otra de las características del paisaje desde el primer Renacimiento es su idealización, incorporando figuras humanas cuyas anatomías y ropajes provienen del mundo clásico; ésta recuperación del clasicismo en la naturaleza obedece al interés por las referencias al paisaje de textos clásicos, como los del poeta romano Virgilio y otros más modernos, como la célebre carta de la ascensión al Monte Ventoux de 1336: texto fundacional del ejercicio intelectual en torno al paisajismo, firmada por el filósofo humanista Petrarca.
Los viajes de exploración fueron una ocasión única para el impulso del género del paisaje. De hecho, las primeras vistas del continente americano fueron obra de Frans Post, un pintor barroco holandés que realizó las primeras vistas panorámicas de Brasil. Otra figura esencial en el descubrimiento del paisaje americano va a ser el naturalista y geógrafo alemán Alexander von Humboldt quien a principios del siglo XIX realizó una larga travesía por el continente americano, registrando parajes de gran belleza y desde la estética del romanticismo, que exaltaba los riesgos del hombre frente a la violencia del mundo natural.
Para los artistas europeos, la composición a partir de vistas panorámicas fue clave para la edición de atlas topográficos, mientras que para los pintores viajeros del siglo XIX, ofrecía la posibilidad de explorar el paisaje desde una doble condición: expandir el conocimiento en Europa sobre las plantas, animales y geografías de esos nuevos parajes y exponer la inmensidad, majestuosidad y riqueza del paisaje americano.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España