Descripción de la Exposición
La esfera de lo que somos capaces de imaginar
«El sueño sigue a la boca que lo interpreta.»
Berajot 55b. Véase Georges Levitte y Guy Casaril, «Les rêves et leurs interprétations dans les textes post-bibliques», en Évidences, núm. 82 (marzo de 1960), págs. 18-28.
Conocí a Sergio Hidalgo, Sixe Paredes, al principio de esos dorados años noventa. Como nos ocurría a casi todos nosotros, al salir del cole íbamos a pintar a la calle. Tampoco teníamos las expectativas puestas en el futuro, pero de él aprendí que sin necesidad de ser un virtuoso se puede ser un gran pintor autodidacta. Su arte se introdujo por entonces en España; y comenzó a cultivar su propia cosmovisión. Pronto se consagró con tanta barbaridad como hoy la invade. Y en esa tarea fue preparando la infinidad de su obra, secuestrado en su propio taller, a usos incorrectos con los que se había topado al revisar todo lo que pasaba por sus manos. Su peculiar manera, jugosa e irónica, era el verdadero ensayo en miniatura sobre los destrozos o los disparates que veía aquí (occidente) y allá (oriente).
Sixe Paredes quiere encontrar en el ser la conjunción entre lo primitivo y lo eterno. Se presentaba en su fácil manejo y utilidad inmediata de enlucir los lienzos con sus preparadas pastas coloridas, a la manera de las paredes y muros olvidados. Y para ello, se vale del importantísimo papel que jugó la pintura mural como eslabón entre oriente y occidente. Lo relativo a la sinopia del mundo primario, a la línea constituida por elementos alternados con el mismo uso que la de trazos, pero para distinguir las indicaciones representadas. Trazo imaginario: línea horaria o cuadrante solar, lograda por combinaciones, fruto de la gradación de tinta y color, señalada por la composición, ordenación o ritmo por donde el ojo tiende a cortar o labrar. Reducción del número de colores en oposición a monocromía, cuando se logra recuperar la escultura primitiva que es siempre policroma. Hacer de la pintura el estofado ya que así es como el arte oriental manifiesta siempre su dilección por los colores vivos y los materiales raros. Es preciso observar cómo es productor de la sorpresa, de la descarga inesperada de un artificio psicológico en que se apoya un arte entero. La pintura, la escultura, la cerámica, el tejido, el papel pintado, enrollable y portátil, posee una profunda autoconsciencia cercana al misterio de las espigas chafadas (la verdadera realidad del mundo). Adquiere incluso una mayor coherencia con el movimiento de vanguardia al que él pertenece. Se renueva y refuerza porque nos enseña que su obra es un concepto moderno de progreso.
Por supuesto, los ejemplos podrían multiplicarse. Lo citado basta para tener una imagen precisa de la importancia de papel esencial de Sixe Paredes. Es sin duda, el testimonio de una aventura creadora de extraordinaria relevancia en el arte hispánico contemporáneo. Su arte ha recorrido todo el mundo, y por si fuera poco, ha llegado a exponer y pintar la fachada del Museo Nacional de Arte Moderno de Londres (Tate Modern). En efecto, el público curioso identificará acaso las referencias citadas. El mejor consejo en pintura es el que no se da. No cabe insistir. Existe una especie de divorcio lógico entre la teoría y la experiencia que desconciertan incluso a lxs artistas mismxs que han sido sus promotores y agentes.
A continuación de este recorrido biográfico me centraré en otros aspectos. Lo que he pretendido en esta ocasión es dar a conocer a un Sixe Paredes libre de todo el aparato de notas que suele acompañarlo: experimentar en la imaginación. Lo que en cierto modo ya sabíamos por Pierre Reverdy: “la imagen no puede nacer de una comparación, sino de un acercamiento de dos realidades”. Sixe se esfuerza por explorar los entresijos de la memoria y del olvido. Y por sacar a la luz las tensiones que aún hoy existen entre quienes se niegan a recordar y aquellos otros que insisten en ello. Siempre ha sido un constructor de puentes, donde ha preferido volver sobre el pasado desde el punto de vista de un narrador más neutral. La obra de Sixe está consagrada por entero a la investigación de una enunciación verdadera, conforme con las cosas mismas. Esta búsqueda de una memoria involuntaria es producto de la polisensorialidad. Dicen que la luz del atardecer fija, para siempre, la escena. Sixe Paredes, infatigable y perseverante explorador de las formas semióticas engendradas por las asociaciones sensoriales. Nos propone aquí un ejemplo de dos figuras canónicas que debemos de explorar: Por un lado; la envoltura de la pintura donde las sensaciones se entretejen estrecha y durablemente con el brillo, la frescura y la vitalidad de la cosa viva. Por el otro; el movimiento, algo parecido a una recta numérica, al que se vincula una conjugación de sensaciones originales a través de todos los movimientos ulteriores, análogos, que harán renacer las impresiones y las experiencias asociadas. Sixe presenta un carácter de canonicidad suficiente para esquematizar la experiencia y contribuir de modo emblemático e incluso directo al proceso memorístico.
No se trata, así pues, únicamente de memoria, sino también de modos de presencia. El interés es el de conservar vivas las cosas así protegidas. Rasgo que debe ser relacionado con el momento de la rememorización: la cosa viva habla, tiene algo que decir a quien asiste a su aparación. De esta suerte, la cosa, es un arte que rechaza en todo momento el virtuosismo y la gracia. Es un crítico que siempre llega después. Es el ciclo de un punto cero. Termina la materia, termina la memoria. Ese es el puente y todo lo que sigue ha de recogerse bajo un título único. Sixe ha puesto en mis manos un material que había sido celosamente guardado. Ver, recibir y oír. Raras historias naturales, verdaderas relaciones que, casi nadie, quiso escuchar. Sixe Paredes es ese momento del juego en que uno se sabe no vencido y trata de aparentar indiferencia, y mira hacia el mar… y ese ciego y obsesivo retorno. Se afirma así la frase de Baudelaire en Les Fleurs du mal: «¡Yo soy la herida y el cuchillo! / ¡Y la víctima y el verdugo!»
¿Creación de quietud? Cometemos un fallo garrafal cuando en nuestra tesis no mostramos nuestra experiencia personal como lo que es, algo subjetivo, sino que damos a entender nuestro convencimiento como la vara de medir lo que es la verdad y lo que no. Un concreto estado de espíritu es no depender jamás de nada. Sixe aspira, pues, a escapar de esa fosilización propia de los mercados del arte. De ahí que lo natural pase a ocupar un segundo plano, a ocultarse o diluirse. ¿Cuál es el reino arrasado que nos ofrecen?, ¿el arte que enseña el más allá? Si el arte románico era un arte sin ventanas, sin luces; eso que no se veía y que dicen que era para dominar al pueblo. Pues pienso que el pueblo ya lo tenían dominado, y perdidos ya en un paisaje circular, el arte sagrado se acaba cuando se pone en duda todo el viaje que hay después de la muerte. Por eso, conviene insistir en el gran ingenio con que Sixe sortea las dificultades del mundo del arte y en el prodigioso abanico de efectos de metaprogramación con lo que enriquece su vida artística. Es un ruido sordo contrario a ese viajero de una sola noche, insistente como un latido, como mariposas nocturnas que golpean el vidrio de la ventana; una molesta e ineludible llamada al trabajo. Sometido a las presiones del ambiente, Sixe se halla asimismo crítico y hasta satírico dentro de los engranajes de la ecología, sin caer en el culturalismo de la naturaleza humana en donde dicen que un pez muerto señala los límites. Hay un esfuerzo continuo. Y es que en realidad no defiende la revolución, sino la evolución. A Sixe Paredes se le ensalza como artista del proletariado y de la revolución. Se le empuja con más fuerza hacia ese papel, cuando declara no pertenecer a ningún partido. Por eso no se atreve a dejar de representarlo. Ya fue revolucionario. Así que no dibujará de nuevo lo mismo. No es un deseo ardiente, sino mandamiento, exigencia.
Los valientes duermen solos. Barcelona, 24 de septiembre de 2021.
Exposición. 08 oct de 2021 - 08 ene de 2022 / Delimbo Gallery - Sevilla / Sevilla, España
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España