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Una serie de puntos en común definen y singularizan su personalidad artística: Entre ellos figura su pasión por la calidad matérica, su lucha por conseguir efectos y texturas que refuercen su lenguaje plástico, su insatisfacción, su capacidad de búsqueda, su constante experimentación, su delicado uso del color que subyace hasta en sus planteamientos abstractos, su predilección por el claroscuro, su arriesgada utilización de los primeros términos...

Los dibujos, ejemplo de belleza y talento, son una magistral lección de sabiduría y de capacidad creadora de Julia Hidalgo, que es sin duda, una excepcional dibujante.

Sus paisajes se despojan poco a poco, de elementos superfluos en un inteligente proceso de esencialización que sitúa su concepto dentro de la abstracción. El color, las masas, los perfiles, los ritmos la buscada ausencia de los cielos, son ... utilizados por la pintora para trasmitirnos la huella espiritual de un paisaje, para resumir en un sugeridor equilibrio geometrico el hermoso desorden de la naturaleza.

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Los bodegones de Julia Hidalgo responden fielmente a un propósito de experimentación pictórica, en el que el esqueleto del dibujo se esconde bajo la leve capa del color y nos hace adivinar, más que ver, las frutas convertidas en juegos de formas y matices, próximo y distante, entresoñado y visto, en las que las calidades matéricas se adelgazan hasta convertirse en huellas de sí mismas, en un intenso proceso de esencialización.

Sin embargo, en su pintura subyace un planteamiento intelectual, audaz y vigoroso, que la impide caer en un costumbrismo fácil o entregarse complacida a la recreación de una simple emoción visual

 Su obra, apasionada, apasionante y contradictoria, responde fielmente a su peripecia vital,a su sensualidad andaluza, a sus raices cordobesas, a su poética oriental Su expresión pictórica, estremecida de lirismo, lucha por que veamos lo que solo ella ha visto con los ojos cerrados...