Descripción de la Exposición
Agitado viaje entre las formas, aquí tienen cabida la escultura, el collage luminoso, la escultura, el dibujo o la pintura. La expresión del color o la ceniza del grafito y el carboncillo, el delicado collage transparente, la escultura filiforme, recortada o entonando el aire. Todo desde una mirada abstracta capaz de compartir su expresión con un mundo real transfigurado, pues la selección de sus creaciones que Pablo Bruera (Montevideo, 1972) nos presenta en esta Galería Odalys proclaman la posibilidad de un arte que, aunque erigido en lo real, pueda viajar deslizándose entre los pliegues de la imaginación. Al cabo, crear, entonar el canto de las formas en el espacio, supone referir lo absoluto invisible, de tal manera que ahora estas obras proponen una visión emancipada, revelando el lugar de su tener-lugar, como quien ha procedido a la liberación de las condiciones del lenguaje artístico.
Viaje del pensamiento atravesando las formas, sí, entre ellas y la intensidad transita Bruera indagando en torno a los misterios del lenguaje, que transfigura estableciendo un verdadero campo de fuerzas profundizado indefinidamente y que nos presenta tal narraciones multiplicadas. Metamorfosis de pensamientos e ideas, rememoraciones y ejercicios que devienen formas como conocimientos particulares. Entre otros: lunas, árboles, pájaros, flores o frutas, guerreros o samuráis, animales e insectos, figuras humanas o míticas, pues todo se dirime entre la armonía del acontecimiento y el surgimiento poético de estas obras, un conjunto que, aparecido desde el mundo, funciona como una excepción de las leyes del mundo.
Desde la realidad, entre duelo y deseo, la belleza que busca Bruera restituye y oblitera lo real, de tal forma que, entre tanto las escenas vacías del orbe, nos sitúa frente a propuestas que merecen ser contempladas. Reviviendo su acceso y trazando sin cese pensamientos transversales entre las diversas formas de su expresión, una de esas transversalidades que cruza sus obras es, justamente, la voluntad de mantener en suspenso y retenida toda conclusión en lo que significa o puede interpretarse. Como quien hubiese decidido expresar un decir que no se dice, de modo que el pensamiento resta abierto, tal un acontecimiento de existencia. Bruera, presentando así sus creaciones deviene un hermeneuta, capaz de interpretar el pensamiento del pensamiento en aquella búsqueda de dar sentido original a lo perdido y redescubierto, como algo que, extraviado estando siempre allí y fuese capaz de hallar.
Mas el extrañamiento cederá su paso al encuentro, pues Bruera muestra aquí su voz como una expresión nueva, vuelta a abrirse en un gesto de intensificación de lo sensible que permitiere el surgimiento formal entre las sombras del espacio. Entonces, es este un mundo posible, como reza el gran políptico de la exposición, a la par que contemplan de soslayo estas imágenes el arte de las vanguardias, como quien quedare a la espera del secreto del encuentro, una intensa escucha tras la búsqueda de las formas. De ese mirar, obtiene nuestro artista diversos procederes de subjetivación, deviniendo entonces sus imágenes portadoras de un aire fugitivo, como una exterioridad infinita, sus meditaciones representativas arribadas como una venida o una parecencia, imagen visible de pensamientos invisibles. Expresión paradojal, pues las obras de Pablo Bruera funcionan como serenos condensados de belleza que se erigen en el espacio con el carácter de una excepción trascendente de lo real.
ALFONSO DE LA TORRE
COMISARIO DE LA EXPOSICIÓN
Exposición. 31 oct de 2024 - 09 feb de 2025 / Artium - Centro Museo Vasco de Arte Contemporáneo / Vitoria-Gasteiz, Álava, España