Luisa Cunha vive y trabaja en Lisboa. Inherente a su trabajo está una conciencia clara y emocional de la relatividad de la vida y, en consecuencia, de las convenciones, de la interacción entre interior y exterior, privado y público y de la naturaleza fragmentada del «no-lugar», del poder, de las dimensiones de espacio y Tiempo, y la del discurso.
Esta convicción tiene su origen en una práctica que la artista, desde temprano, ha desarrollado, habituándose a observar sin ningún objetivo en mente, dejando sólo las cosas fluir, en un estado de completa receptividad, no imponiendo fronteras o juicios (tanto como sea posible). Primero encontrando las cosas, después buscándolas.
Esta disponibilidad emocional y mental lleva en muchos casos, al caos y, por eso, los estímulos y las conexiones que ocurren son innumerables. La excitación y la ansiedad coexisten casi siempre. Y tengo que caminar, físicamente, largas distancias hasta que todo se calme y...entonces pueda ser capaz de sintetizar ideas para captar las emociones que sentí en el primer impacto. Para mí, el arte es totalmente sistema nervioso: respira cuando respiro, al ritmo de mis emociones, pensamientos, de lo que yo leo y veo, de las personas que amo, de las rabias que tengo. Mi visión y mi mente trabajan en forma de "zoom in / out": una especie de cámara fotográfica visual / mental.
No consiguiendo soportar fronteras y convenciones-cualquiera que sea su naturaleza- sus trabajos se sitúan en un espacio "intermedio", el espacio del "no-dicho", del "silencio hablado", de la repetición del lenguaje visual. Los medios utilizados varían de acuerdo con las exigencias de la idea: es decir, la reproducción de voz en actos de discurso (#DROP the bomb, 1994, de lo que tiene, 1994, Words for Gardens, 2004), fotografía con o sin texto Los objetos («readymade», con o sin texto, vídeo, objetos con texto sonoro (Hello!, 1994, Dirty Mind, 1995, The Red Phone, 2007); El rendimiento, el diseño, y textos escritos o dibujos en paredes.
No puedo negar que en el corazón de mi práctica artística está la interpelación del espectador a través de textos vocalmente enunciados. Ha sido (y probablemente será siempre) una estrategia que utilizo para explorar mi interés por el lenguaje como instancia, socialmente codificada, de la mediación de la experiencia y de la percepción de la realidad. Convoca la conciencia auto-reflexiva del espectador en el acto de la percepción estética, tal como, con enorme acuidad, identificó, y escribió, el comisario portugués Miguel Wandschneider. De hecho, hago una distinción entre el lenguaje "real", que son aquellas palabras que no significan absolutamente nada para mí, y un lenguaje "con sombra". Este no es un lenguaje del mediodía, sino una para todo el tiempo Antes y después del mediodía, pero el rigor que busco es el del lenguaje del mediodía.
En los últimos 6 años se asistió a una multiplicación en el número de exposiciones en que Luisa Cunha participó. La exposición individual y retrospectiva en el Museo de Serralves (2007) constituyó una oportunidad para repensar una parte significativa de su trabajo y para consolidar su relación con el arte portugués.
Entrada actualizada el el 09 jun de 2017
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