La artista, afincada en Mallorca, que en los últimos años ha recurrido a la conceptualización del paisaje en sus proyectos artísticos, vuelve a la montaña para manifestar la necesidad de hacer una reflexión profunda sobre la repercusión que tienen nuestras acciones en la naturaleza y en concreto sobre la situación del urbanismo descontrolado en la isla de Mallorca.
La propuesta, que parte del doble significado del término ocaso (puesta de un astro, decadencia), se concibe como una instalación que reflexiona y pide auxilio en tres tiempos narrativos: el tiempo presente, en la entrada de la iglesia, una vídeo-proyección en gran pantalla de una montaña virada a tonos naranjas, que sirve al espectador de acceso e introducción a un tiempo futuro, una versión simbólica de la montaña construida con 4.000 ladrillos en el centro de la iglesia, que da nombre a la exposición y que denuncia la sobreexplotación urbanística del territorio; finalmente...el espectador llega a un estado atemporal, situado en el altar, un perfil onírico luminoso de la sierra de Tramuntana, la línea roja que apela al espectador: una llamada de socorro, un llanto.
Para la realización de la performance, el día de la inauguración, se contará con la soprano Anne Leohold cuya voz forma parte del sonido de la instalación. Además, el proyecto expositivo ha sido recogido en un catálogo en el que están presentes los textos del comisario de la exposición Andreu Aguiló (director del
Entrada actualizada el el 05 jul de 2023
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