El monotipo es una forma intermedia entre la litografía, el grabado y la pintura directa. Con la última tiene en común la imposibilidad de repetirla exactamente y con las primeras el hecho de que la obra original se realiza sobre un soporte distinto del definitivo. Las formas que adquiere la mancha al transferirse de la plancha entintada al papel, pueden recordar los efectos de cualquiera de aquellas técnicas dependiendo de la intención y el trabajo que ponga el autor. En las obras que presento he usado recursos muy distintos: reservar espacios, levantar pintura, aplicar sucesivas capas o realizar ligeras intervenciones con otros medios una vez seca la obra, pero siempre intentando modificar lo menos posible el resultado final.
Más que buscar un acabado preciso o que respondiera exactamente a una idea inicial, he querido jugar con las posibilidades del proceso, en lo que tiene de accidental. Una mancha gruesa, por ejemplo,...se expande y corre a mezclarse con otra o forma texturas inesperadas, a veces fractales.
Una parte de las obras se hicieron con motivo de una exposición en la Fundación Cristina Enea en Donostia en 2020 y hacen referencia al agua y su importancia vital. El resto es un intento de experimentar con la interacción del color, el peso de las distintas manchas y el movimiento y ritmo que puede imprimir a la obra su distribución en el papel.
Entrada actualizada el el 25 jun de 2021
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