Descripción de la Exposición
Artistas: Aino Aalto, Anni Albers, Elena Asins, Gae Aulenti, Jo Baer, Eve Beglarian, Marianne Brandt, Monika Buch, Trisha Brown, Anna Castelli-Ferrieri, Lygia Clark, Hanne Darboven, Sonia Delaunay Terk, Nanna Ditztel, Irena Dodalová / Karel Dodal, Esther Ferrer, Simone Forti, María Freire, Eileen Gray, Lotte Grunow, Grete Heymann-Marks, Linda Karshan, Christina Kubisch, Evelyn Lambart / Norman McLaren, Teresa Lanceta, Rosalie Mathieu, Rita McBride, Aurélie Nemours, Greta Von Nessen, Amalia Nieto, Emily Noyes Vanderpoel, Pauline Oliveros, Lygia Pape, Charlotte Perriand, Yvonne Rainer, Ana Sacerdote, Lillian Schwartz, Soledad Sevilla, Antonina Sofronova, Loló Soldevilla, Gunta Stölz, Hildegard Westerkamp, Eva Zeisel.
MUSAC, Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, presenta Monocromo género neutro, la primera exposición en España en proponer una reflexión sobre la relación entre creación artística, abstracción y género en diversos medios artísticos como la pintura, la escultura, el dibujo, el textil, el cine, la danza, el sonido o el diseño. La muestra, que ha sido comisariada por Juan Guardiola (Madrid, 1965) y permanecerá abierta al público entre el 28 de septiembre de 2019 y el 12 de enero de 2020, ha sido coproducida por el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León y el Centro de Arte y Naturaleza Fundación Beulas (CDAN).
Monocromo género neutro reúne trabajos de en torno a cuarenta artistas mujeres y un número indeterminado de mujeres anónimas que han trabajado desde la abstracción geométrica, racional y conceptual, un campo tradicionalmente reservado por la Historia del Arte normativa al artista masculino.
El movimiento feminista, en paralelo a la lucha por los derechos civiles, tuvo un gran impacto en la práctica artística occidental a mediados de la década de los años sesenta del siglo XX, dando visibilidad a toda una generación de artistas cuya obra había sido ignorada por la Historia del Arte. Sin embargo, no todas las artistas mujeres estuvieron presentes en la nueva genealogía del arte feminista: aquellas cuyo trabajo no respondía a un paradigma en el que predominaba una creación basada en el cuerpo, la construcción de la diferencia en la representación visual o la identidad racial y sexual fueron ignoradas y, a menudo, silenciadas. El resultado fue una doble invisibilidad para una obra artística que desde el “género” se manifiesta “monocroma” y “neutra”, es decir, carente de rasgos expresivos feministas. Por ello, esta muestra considera necesario reconocer la pluralidad del feminismo en el arte, así como las contradicciones y tensiones que todo movimiento teórico, social y artístico conlleva.
Monocromo género neutro pretende destacar el trabajo de estas artistas a través de de más de un centenar de trabajos (pinturas, fotografías, collages, dibujos, piezas sonoras, vídeos, textiles, diseño indusatrial) de figuras nacionales e internacionales entre las que cabe mencionar a Annie Albers, Elena Asins, Trisha Brown, Lygia Clark, Sonia Delaunay Terk, Esther Ferrer, Teresa Lanceta, Lygia Pape, o Soledad Sevilla, entre muchas otras.
La muestra se divide en dos partes, denominadas Genealogías y Procesos, que se presentan de un modo trasversal en el espacio expositivo. La primera de ellas pretende reconstruir un doble linaje o asociación entre creación, abstracción y género. Procesos se centra en un ámbito de actuación creativa que a finales de la década de los sesenta del siglo XX mostrará la otra cara (oculta) del movimiento feminista en las artes; un grupo de mujeres que rechazan la lógica de la representación, con sus connotaciones tradicionales y conservadoras, e idean y perciben su obra como un proceso que demanda un tiempo de visión y comprensión.
En definitiva, Monocromo Género Neutro desea reivindicar y dar visibilidad a la importante contribución a la Historia del Arte de mujeres artistas o anónimas en el campo de la abstracción. Pese a ser un corpus de trabajo que no se declara feminista, no significa que no lo sea, pues su génesis demuestra la convicción que el género ha sido, y continúa siendo, una categoría fundamental para la organización de la cultura. Al mismo tiempo, esta exposición también pretende poner en cuestión al propio sistema del arte, patriarcal y/o feminista, que ha ignorado, silenciado o deslegitimado una obra que no responde a ningún patrón normativo y que, en la actualidad, se manifiesta aún más política y reivindicativa pues afirma la igualdad, la libertad y la ausencia de roles en la creación artística.
DOS APARTADOS TEMÁTICOS
GENEALOGÍAS
Genealogías propone reconstruir un doble linaje o asociación entre creación, abstracción y género. Una primera genealogía la encontramos en la denominada “alta cultura”, cuyos referentes estéticos provienen de una primera generación de mujeres artistas pertenecientes a las vanguardias históricas; la otra genealogía la hallamos en la “baja cultura”, donde se sitúan las influencias populares que el contexto familiar, pedagógico y social han tenido sobre la obra creativa.
Para ello, Monocromo género neutro recurre a la exposición de trabajos realizados por mujeres anónimas en campos tan diversos como el textil, el patronaje o la estampación, que proponen modelos inspirados en la abstracción de la naturaleza. El hecho que muchas de estas creaciones fueran calificadas como artes decorativas o aplicadas ilustra cómo operó el modelo patriarcal de clasificación por sexos dentro del sistema del arte. El trabajo de las mujeres, tradicionalmente confinado a la economía de los cuidados, entre los que se encuentran las labores textiles, sirvió para establecer una relación ficticia entre mujer y naturaleza, la cual dejó de lado su relación con la cultura.
Esta genealogía bastarda o degenerada de su origen artístico muestra una mayor invisibilidad en el caso del trabajo creativo de las mujeres anónimas, en su gran mayoría de clase trabajadora. Porque no sólo se designó el trabajo creativo femenino como artesanía sino que, además, en los casos donde la producción artística adquiría la categoría de diseño, los nombres y apellidos de las mujeres artistas a menudo se silenciaban y ocultaban bajo la firma de su pareja afectiva masculina o del estudio o empresa. Sin embargo, si entendemos el diseño como una herramienta útil, eficaz y funcional para las necesidades de las personas, fue el pragmatismo de las mujeres diseñadoras el que lo extendió a la vida cotidiana y al interior del hogar, aplicándolo a los muebles, vajillas, cortinas y vestidos. En el contexto europeo de las vanguardias muchas artistas expandieron sus creaciones abstractas al uso diario, por ejemplo, en la moda. Es más, se podría afirmar que fue a través del textil y del diseño que las ideas de arte y abstracción trascendieron el ámbito artístico y llegaron a la sociedad.
PROCESOS
Tras la Segunda Guerra Mundial, los cambios sociales permitieron que muchas artistas se dedicaran profesionalmente a la creación, pero en un marco cultural dominado por los hombres. La abstracción, tanto geométrica o constructiva como informal o expresionista, dominó la práctica artística de posguerra, en este contexto numerosas artistas buscaron en la abstracción un lenguaje internacional que pudiera trascender las narrativas nacionales y locales, pero también las de género. El caso más paradigmático lo encontramos en América, tanto en el caso latinoamericano como el norteamericano, donde la abstracción geométrica derivó en procesos de trabajo que adquirieron diferentes nombres como normativo, concreto, cinético, minimalista, conceptual o cibernético. Un ámbito de actuación creativa que a finales de la década de los sesenta mostrará la otra cara (oculta) del movimiento feminista en las artes; un grupo de mujeres que rechazan la lógica de la representación, con sus connotaciones tradicionales y conservadoras, e idean y perciben su obra como un proceso que demanda un tiempo de visión y comprensión.
Las pinturas y dibujos, a menudo, presentan cuadrículas o retículas como elemento ordenador del espacio y del soporte. Son obras en su gran mayoría planas, monocromas, 6 www.musac.es neutras, seriales, que huyen de la iconicidad, y que son el resultado de estudios, investigaciones y experiencias en donde el espacio, el ritmo y el tiempo son fundamentales. Se trata de trabajos que parten de una estructura inicial que hace uso del ritmo, la repetición y la variación a través del azar y la improvisación. Un método de trabajo que se extiende de las artes visuales a las artes performativas (happening, sonido, acción) y que muestra un carácter abiertamente trasnacional. Un paradigma lo encontramos en un campo como la danza, en donde este alfabeto plástico de ausencias y vacíos elabora un lenguaje que rechaza la técnica, el virtuosismo, la narrativa o la expresión, y en cambio enfatiza el proceso mediante la improvisación o los movimientos diarios y cotidianos. El arte de la performance mantenía la esencia del arte vivo y vulneraba el convencionalismo del realismo para expresar nuevas formas de subjetividad.
Un desplazamiento de los soportes tradicionales a prácticas menos institucionalizadas que abogaban por la intersección entre lo personal y lo político.
NOTA BIOGRÁFICA DEL COMISARIO
Juan Guardiola (1965) es licenciado en Historia del Arte por la Universidad Autónoma de Madrid y realizó sus estudios de doctorado en Arte Contemporáneo en la Universidad Complutense de Madrid; recibió una beca de la Escuela de Arte de la Universidad de California en Los Ángeles y otra del museo Guggenheim de Nueva York-Bilbao. Es escritor de arte y colabora en diversos medios. En 1992 obtuvo el premio Espais a la crítica de arte (Girona). Juan Guardiola ha trabajado como comisario independiente de exposiciones de arte contemporáneo y programas de cine y videocreación y ha sido conservador del Departamento de Exposiciones Temporales y Publicaciones en ARTIUM, Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo (Vitoria-Gasteiz), conservador jefe en MACBA, Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona y actualmente es director del CDAN (Centro de Arte y Naturaleza) en Huesca. Ha participado en numerosos libros y publicaciones, entre las cuales cabe destacar las dedicadas a estudios postcoloniales: Filipiniana(Casa Asia, Barcelona, 2006) y El imaginario colonial. Fotografía en Filipinas durante el período español, 1860-1898 (Casa Asia, Barcelona, 2006), y la edición del libro y dvdFilipinas: Arte, Identidad y discurso poscolonial (Ministerio de Cultura, 2008).
Actualidad, 17 oct de 2019
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