Con una clara formación plástica inclinada hacia el mundo de la fotografía, Schroll muestra su trabajo de los últimos años indagando sobre la problemática del tiempo y la mirada. Esta exposición reúne dos series fotográficas centradas en momentos opuestos, enfrentando lo estático a lo dinámico. El resultado es una “captura” visual, un “momento” congelado, un “instante” detenido en el tiempo.

La sociedad actual se haya inmersa en una relectura del tiempo. Este concepto tan universal ha tomado en la última década un valor sobreañadido: la velocidad. Todos los aspectos de nuestra vida se encuentran sometidos a este rasgo que, queramos o no, impone la sociedad actual. La vida pasa ante nuestra mirada cada vez con más rapidez, todo ello imprime una sensación de vértigo, de vorágine, de inmediatez. Por otro lado, el concepto de viaje lleva implícita esa dimensión temporal. ... En un viaje se condensan emociones, experiencias y sensaciones. Nuestra mente captura estas imágenes en una especie de “barrido visual” de “difuminado lumínico”.

La serie “Speedscapes” (Paisajes de la velocidad) investiga e indaga estos parámetros temporales y los captura mediante imágenes fotográficas. ¿Qué sucede cuando mantenemos fija la cámara fotográfica, en un medio en movimiento como es el automóvil, y procedemos a la captura de un fragmento visual a una velocidad lenta? El resultado son las imágenes que forman parte de la serie fotográfica “Paisajes de la velocidad”. Líneas desdibujadas, luces que trasladan su movimiento hasta su desaparición en el papel fotográfico, impresiones instantáneas y momentos cinéticos se traducen en estos paisajes. El lugar donde se produce la instantánea no importa pero si la hora y la velocidad a la que circula el vehículo, estas coordenadas temporales definen los títulos de la serie.

El paisaje muta constantemente cuando se circula en automóvil, pasa ante nuestra mirada con un desarrollo longitudinal. Como un cardiógrafo que va registrando el ritmo de nuestro corazón, la cámara graba el latido del paisaje.

La otra serie presentada “Ansichten / Einsichten” (Lo visto / lo observado), detiene la mirada. Mientras que el trabajo anterior se centraba en el movimiento de la cámara; en esta serie la cámara está fija, observando lo que ocurre delante para proceder a su captura, a su congelación. El objetivo no se mueve, es el resto, lo que circula a su alrededor a la espera de ser observado, de provocar una situación particular; lo que determina el dinamismo. Las personas andan, leen, descansan, pasean en bicicleta; sin percatarse de que son vistas, observadas por la ventana de la cámara. Se produce entonces un momento cinético, un instante de movimiento.

Lo que vemos, lo que observamos se congela en nuestra retina generando una particular enciclopedia de momentos que determinan el movimiento de nuestra vida, como un motor que emanara energía cinética en todo momento. Esta dicotomía entre lo estático y lo dinámico encuentra su paralelismo en la influencia de energía externa e interna que nos mueve en todo instante, provocando así esos “momentos cinéticos” que explora el trabajo presentado.