El inicio de su trayectoria por el mundo de las expresiones plásticas está ubicado en la década de los años cincuenta. El discurso pictórico de su primera época da cuenta de influencias notables: Kandinsky, Klee, Miró y Chirico le abren una ventana a la abstracción y a las corrientes en boga, como el surrealismo y el cubismo. Con este antecedente, Leonardo deslumbra y sorprende al hacer surgir en sus lienzos esa gran explosión de colores y formas que será punto de partida y nota de constante evolución en su obra. Su trabajo artístico remite al marco y al microcosmos, el surgimiento del universo, la Tierra y los espacios interestelares, todo ello plasmado con un discurso personalísimo y un estilo inconfundible.

A partir de ese momento hasta hoy, Leonardo Nierman ha sido un artista inmensamente prolífico, sean sus obras pinturas, tapices, esculturas o acuarelas. ... Ha recorrido todo el orbe, tanto con exposiciones individuales como colectivas en museos, galerías, salas de conciertos, universidades, plazas, jardines y centros culturales.

... La pintura de Leonardo Nierman posee una característica fundamental: día a día se transforma, con el deseo indeclinable e intemporal de compartir sus sueños con quien se acerque a ella. Pero la generosidad del artista va más allá. Cada uno de los interesados encontrará mundos diferentes. La bonhomía de este hacedor de arte radica en que ha sido capaz de abrir la puerta a nuestros universos particulares.

Hoy en día, Leonardo Nierman no sólo es un artista de renombre internacional, su sitio entre los más grandes creadores del siglo XX está asegurado. Sin embargo, lo trascendente, lo magnánimo de su obra consiste en esa cualidad de permitirnos apropiarnos de ella sin prejuicio alguno. Leonardo es un artista sin edad, capaz de trascender el tiempo, ya que estamos ante el más grande paisajista en el universo de los sueños.