Descripción de la Exposición
En 1968, M. García-Viñó publica Pintura española figurativa; un libro clave dentro de la bibliografía artística de los 60, en el que se analiza la reacción de un grupo de pintores contra el supuesto nihilismo del informalismo. La manera en que estos artistas plantean una disidencia contra la estética informalista es mediante un retorno a la figuración; aunque no a una figuración “pura”, aproblemática, tal y como era concebida previamente a la ola informal, sino una en la que la experiencia abstracta deja su huella y disminuye el grado de concreción de los objetos. Tal y como lo plantea García-Viñó, la “neofiguración” ha de ser comprendida como el resultado de un diálogo entre la figuración y la abstracción que, unas veces, deriva hacia formas más expresionistas y, otras, hacia resultados más calmos. Entre la lista de artistas que García-Viñó incluye en su estudio destacan nombres como Fernando Mignoni, José Ventó, José Paredes Jardiel, Ángel Medina, Genovés, Zacarías González, Hernández Mompó y Barjola. Aunque la obra del murciano José Antonio Molina Sánchez (1918-2009) no es mencionada, su producción pictórica entre 1957 y 1974 se halla influida directamente por los postulados de la neofiguración, hasta el punto de constituir de uno de los principales paradigmas de esta tendencia.