Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Bien conocido como pintor, a pesar de su juventud, con dieciséis exposiciones individuales no sólo en Asturias sino también en Valencia, Madrid, Cáceres, Roma, México, Santo Domingo y París, nada menos, Federico Granell es también un incipiente fotógrafo artista, autor de un arduo trabajo de proceso y base conceptual que ya ha sido expuesto en otras dos ocasiones, en esta misma Sala Borrón y en la galería Jara y 2, ambas en Oviedo, ciudad en la que reside y en la que -haciendo acopio de fuerzas- se levanta cada mañana y se pone a desayunar. Es este un gesto sencillo, cotidiano, natural y nutricio que no tendría mayor importancia si no fuera porque el artista de Cangas del Narcea se dedicó a recogerlo durante todo un año, los trescientos sesenta y cinco días de 2007, retratándose frente a un buen tazón de Cola-Cao, unas galletas, un par de bollos industriales o, cuando se tercia, un vaso de zumo o algo de fruta. Si se hubiera dedicado a certificar otras comidas del día, el almuerzo o la cena, nos hubiera permitido captar otro tipo de información, si cocina y come en casa o en la de sus padres, en qué estado llega por la noche o si lo hace demasiado tarde como para ponerse delante de una mesa y sacarse una foto, pero al hacerlo del desayuno sólo se constata que duerme solo y que le cuesta levantarse. Y que, cuando lo hace, le da una inmensa pereza, como a todos. Afortunadamente, en su cocina no hay reloj acusador, tan solo un calendario muy simple de hojas desprendibles por el que van pasando los días y los meses y que adquiere una inusitada relevancia cuando remarca las ausencias, normalmente debidas a motivos de trabajo. También en su estupenda pintura de figuración contemporánea son habituales las referencias autobiográficas, los aeropuertos tan bien conocidos por motivos familiares, las estaciones de autobuses y trenes tan frecuentadas por su condición de artista en tránsito, dispuesto de disfrutar de una beca en Milán, Londres o Roma. Entre la multitud no es nada extraño reconocer la silueta del propio pintor retratado de espaldas, viajero empedernido que se enfrenta a las luces de la ciudad, a las salas abarrotadas de sus museos favoritos o, ya en solitario, a los perfiles espectaculares de determinados paisajes industriales, sin que por ello se deduzca ningún afán de protagonismo por parte del artista, sino tan solo el deseo de dejar testimonio y darle a todo un viso de autenticidad. Tampoco en la serie fotográfica que ahora se presenta hay truco de ninguna clase, salvo el pasar de los días en que ha estado ausente y no ha podido usar el mando a larga distancia. Federico Granell muestra tal cual las trescientas sesenta y cinco fotos, en las que aparece con diferentes camisetas y pantalones de pijama y en diversas posturas no siempre intencionadas, más otra fotografía de tamaño mayor en la que aparece la misma cocina con la misma mesa de formica y los mismos azulejos pero vacía, sin él pero con las diferentes tazas y vasos que ha ido empleando, a modo de resumen. Así mismo se proyecta un video en el que se suceden todas esas fotos y otras cuantas más, en un montaje dinámico que cuenta con su propia banda sonora, gracias a la colaboración musical de Alfredo Diego. No se trata de encontrar en esta serie alicientes estéticos de ningún tipo, ni un encuadre excesivamente bello ni una luz tamizada por complicadísimos filtros, sino de entender que con ella se ha querido documentar, a base de paciencia infinita y buscada reiteración, el transcurso de un año, 2007, que ha acabado siendo especialmente significativo para el joven artista asturiano.
Bien conocido como pintor, a pesar de su juventud, con dieciséis exposiciones individuales no sólo en Asturias, sino también en Valencia, Madrid, Cáceres, Roma, México, Santo Domingo y París, Federico Granell es también un fotógrafo autor de un de un arduo trabajo de proceso y base conceptual que ya ha sido expuesto en otras dos ocasiones, en esta misma sala Borrón y en la galería Jara y 2 ambas en Oviedo. En esta ocasión Federico Granell muestra tal cual las 365 fotos que documentan el gesto sencillo y cotidiano de levantarse y desayunar y otra fotografía de mayor tamaño en la que aparece la misma cocina con la misma mesa de formica y los mismo azulejos pero vacía, sin él con las diferentes tazas y vasos que ha ido empleando, a modo de resumen. Así mismo se proyecta un vídeo con banda sonora gracias a la colaboración musical de Alfredo Diego.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España