Descripción de la Exposición
El interés que Helga de Alvear ha tenido siempre en la obra de Mitsuo Miura motiva esta exposición que reúne 42 trabajos del artista que Helga de Alvear ha ido adquiriendo para su colección a lo largo de los años. Desde trabajos muy iniciales, en los que Miura acusaba la influencia del expresionismo abstracto hasta obras de series concebidas ya en la primera década de dos mil, en las que la percepción de la ciudad capitalista organiza la mirada, están presentes en la Colección. Y entre ambos momentos, un recorrido por sus misteriosas esculturas de troncos vaciados y embetunados, por las series fotográficas que se encuentran en la base de los trabajos inspirados en la Playa de Los Genevoses, así como por las pinturas, dibujos e instalaciones en las que la memoria de la experiencia y la percepción de la naturaleza de la costa almeriense lo hicieron merecedor de un lugar destacado en el contexto artístico español desde la década de los años ochenta.
El artista japonés Mitsuo Miura se distingue por haber sabido conectar con los presupuestos de movimientos como el land art, el arte povera, el minimalismo y el conceptual, de algunos de los cuales fue introductor en la escena artística española pero, sobre todo, por haber sido capaz de transformarlos para crear una obra absolutamente personal, marcada por el rigor, la serenidad y el refinamiento que su cultura oriental de origen le proporciona.
El paisaje, natural o urbano, alimenta cada una de las obras de la exposición, sin embargo no asistiremos a la representación de sus referentes, sino de los principios formales y conceptuales de la captación de los mismos, ya se refieran estos a los dispositivos mecánicos de percepción o a los principios físicos sensoriales y emocionales. La experiencia del cuerpo y la transformación del ánimo derivada de la contemplación de la naturaleza recorre estos trabajos e impregnan al espectador de la calma y la alegría del artista ante el paisaje natural o del dinamismo y la euforia del entorno urbano y, a través del vacío de la representación, nos dejan sólo emociones que nos hacen sentir con todo el cuerpo esa sensación vital que transforma lo más pequeño en importante.
Gran parte de la trayectoria de Miura está ligada a Helga de Alvear y a su actividad como galerista, primero en la Galería Juana Mordó y, posteriormente, en la Galería Helga de Alvear, donde el artista fue presentando puntualmente pinturas, esculturas e instalaciones y a través de la cual, como él mismo explica, conoció el contexto más profesional del mundo del arte y, sobre todo, salió a la escena internacional integrando las representaciones de la galería en las ferias de arte.