La Galería Juan Silió presenta la primera exposición individual en su espacio del artista FOD. “Miserables casas/excelentes habitáculos” supone un recorrido desde la pintura a la escultura, pasando por la arquitectura; un viaje constante y de ida y vuelta en el que las construcciones más primitivas se alzan como el refugio natural e instintivo.
El color se presenta como elemento integrador e igualador de materiales, que no sólo otorga la misma importancia a cada materia constructiva, sino que también iguala su naturaleza y la de quienes se cobijan con ellas.
El refugio es una idea abstracta que apela a una sensación de protección ante un peligro y, en consecuencia, un lugar de calma donde las alertas se relajan. Un espacio seguro desde el que quizás, incluso poder observar sin exponerse.
Formalmente no existe una tipología arquitectónica de refugio como tal, no hay líneas claras que lo definan ni materiales específicos requeridos. Tampoco hay...una manera de fabricarlo de manera automática, de replicarlo, todo ejercicio constructivo está influenciado y es dependiente del peligro que queremos evitar. De algún modo, cada refugio radica en la elaboración de un conjuro protector único.
El trabajo de FOD se centra en la necesidad del ser humano de construir y, partiendo de esta premisa, experimentar con la relación y los vínculos que se generan entre material y color, soporte y espacio. Esta investigación hace un recorrido por los distintos modos de entender la geometría, la construcción, la deconstrucción, el espacio y la ciudad que se han desarrollado a lo largo del siglo XX y que se almacenan ya en la memoria genética del arte. FOD asume estos referentes y con ese eco genera obras en las que los materiales se mezclan y los soportes se diluyen de manera inconsciente, en un modo de crear totalmente intuitivo.
Sobre ese hacer sin guía, las Domûs de FOD se elevan como composiciones monocromas. Estas estructuras elementales, compuestas a través de bloques de color, son espacios geométricos abiertos, que parecen estar realizados con los ingredientes necesarios para responder a una función determinada. Los distintos materiales que las componen -materiales reciclados recogidos de su entorno- se unifican bajo un mismo bloque de color que es el que sugiere las texturas, oculta y desvela las líneas y da paso a la forma final de este escudo protector. Nos recuerdan a una casa, pero las casas ya no son ese lugar en el que, pese a estar provistas de paredes, acomodarse y sentir que bajo su cubierta no hay límites. Ahora son espacios limitados y cerrados en los que poder resguardarse durante unas horas, sin bajar la guardia. Habitáculos temporales.
Junto a ellos, pinturas de gran formato imponen su presencia. De nuevo un único color deja entrever geometrías y formas que, si las adoptamos como nuestras, proporcionan el mejor lugar donde escondernos.
La propuesta de FOD nos incita a replantearnos por qué persiste nuestra necesidad de construir. No es un símbolo de evolución, sino que está ligada a nuestros miedos y al instinto más básico de supervivencia. Una inercia animal que se traslada a la ciudad, que incorpora materiales industriales, pero que nos lleva de vuelta a recrear el refugio más primitivo, el nido.
FOD (Francisco Olivares Díaz) nació en Puerto Lumbreras en 1973 ha realizado varias instalaciones como: “Nave invertida” en Tabacalera Madrid con motivo de la exposición “Tentativas para agotar un espacio”, “Zona de obras-Chabolas de lujo” en Cartagena, “Refugio para un paseante” en la Fundación Cerezales de León o la obra expuesta junto a la Catedral de Murcia, titulada “Estructura Nómada”.
Entrada actualizada el el 22 mar de 2023
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