Descripción de la Exposición La primera exposición de David Latorre en MasArt Galería, presenta una serie de trabajos fotográficos realizados en el año 2005/6 , en unos espacios destinados a desaparecer, situados en dos ciudades diferentes: en la antigua calle Casiopea 14, ahora avenida Valdemarin s/n, en el termino municipal de Aravaca, Madrid y en la Maison Neérlandais, en la Cité Université de París. El planteamiento de la exposición no es la destrucción en sí, sino la construcción de la destrucción. Un proceso de construcción-destrucción en un tiempo acelerado-detenido. La destrucción es la manera en que el presente se relaciona con el pasado –se argumenta-. La filosofía de este trabajo, se ha basado en la sensación de que hoy vivimos ante una “puesta en escena”, en la que los hechos o noticias que nos llegan, parecen auténticas representaciones teatrales, en las que los actores y espectadores pueden intercambiar los papeles en cualquier momento. El principio de la intervención, -cuyo resultado se puede observar, a través de las fotografías, como documentos gráficos de la acción-, imagina espacios vacíos para la representación de escenas , escenarios a la espera de historias. Espacios donde nos conducen nuestros sueños, espacios de recuerdo, espacios íntimos. Objetos que con su presencia toman otra significación. Se muestra interés por los espacios como espacios humanos, como contexto de las personas que los habitan o que los han habitado, que son definidos sin estar físicamente en el lugar. La arquitectura como espacio humano, representa la identidad de la persona que lo habita. En los escenarios “elegidos” por el artista, hay una constante aparición y desaparición de los objetos, una continúa transformación de su fisonomía. La aventura consiste precisamente en jugar con el espacio construido. Un espacio construido-deshabitado, en el cual la única referencia a su anterior uso, se refleja en aislados objetos que intervienen en la escena y que pertenecen a las personas que lo habitaron. Objetos referentes a la vida cotidiana, en su mayoría. David Latorre juega con el espacio: aprovecha la pintura –expandida-, el dibujo, el diseño, la huella, para imaginar escenarios, objetos, sucesos, intenta ser un arquitecto armado con papeles, materiales e ideas, de lo cual, saca provecho tanto del resultado como del proceso, tanto de la construcción como de la destrucción. Se siente con la necesidad como artista de alterar, marcar y dejar testimonio de su presencia en esos lugares, cuyo final será la desaparición de los mismos. .Pretende una puesta en escena de realidades artificiales y enfrentadas a esa supuesta realidad que se nos presenta como absoluta e incuestionable. Estamos –comenta- en una situación en la que aumenta nuestra sensación de incertidumbre ante lo real. Se muestra interesado por las reflexiones a cerca del hecho teatral, sus motivaciones artísticas, su búsqueda creativa y su eterno duelo con la hoja en blanco en el momento de escribir una nueva obra. Esto se ve reflejado en una serie de cuatro fotografías – a modo de secuencia- en las cuales se determina una serie de espacios cuyo dominante es el color blanco; evocador de vacío, silencio, como piel de la esencia, como inspirador, como lienzo virgen a la espera de nuevas historias, rescata del teatro, la construcción de espacios ficticios, que a veces representan la realidad, para que en ellos pueda suceder algo. Escenarios que mudan, dependiendo del sistema de iluminación que actúa sobre el espacio. Representa la escenografía, como elemento fundamental, para ampliar la esencia de la percepción, animando al espectador a ser una parte activa en cada una de sus obras; la oposición entre lo público y lo privado; los que miran y los que se sienten observados.
Exposición. 12 nov de 2024 - 09 feb de 2025 / Museo Nacional Thyssen-Bornemisza / Madrid, España