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Mis cosas en observación

Exposición / Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC) / Ramón del Valle Inclán, s/n / Santiago de Compostela, A Coruña, España
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Cuándo:
04 abr de 2014 - 08 jun de 2014

Inauguración:
04 abr de 2014

Comisariada por:
Chus Martínez Dominguez

Organizada por:
Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC)

Artistas participantes:
Chelo Matesanz

ENLACES OFICIALES
Web 

       


Descripción de la Exposición

Esta exposición revisa la trayectoria artística de Chelo Matesanz (Reinosa, Cantabria, 1964), partiendo de sus trabajos de finales de la década de los ochenta hasta los más recientes.

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El 4 de abril de 2014, el CGAC inaugura Mis cosas en observación, la primera exposición retrospectiva dedicada a la artista Chelo Matesanz (Reinosa, Cantabria, 1964), comisariada por Chus Martínez Domínguez. La exposición hace un alto en el camino en la producción artística de una de las artistas más interesantes de su generación, para analizar más de veinticinco años dedicada a investigar y producir arte.

 

En las últimas tres décadas, la creación artística ha cambiado mucho, desdibujando cada vez más los márgenes entre las disciplinas y evidenciando una considerable pluralidad de discursos. En el caso de las artistas mujeres, estos cambios fueron más evidentes, enfrentando la década de los noventa con perspectivas radicalmente diferentes a sus predecesoras, apostando por narraciones interesadas en lo ambiguo y lo cambiante, lo híbrido y lo efímero, con una perspectiva más desprejuiciada sobre las cosas. El deseo por desarticular definiciones y modalidades vigentes llevó a estas artistas a cambiar los soportes y los materiales tradicionales para experimentar con otros nuevos: el cuerpo, por ejemplo, además de un territorio sexual se volvió representación de violencia y dolor, los elementos atribuidos tradicionalmente a la mujer como la vestimenta, la costura o el disfraz les sirvió como recurso crítico, la curiosidad por el lenguaje las acercó a la infancia, con el empleo de muñecos y dibujos animados, por último la naturaleza y los sentidos a combinar la belleza con lo monstruoso, lo familiar con lo extraño.

 

Chelo Matesanz, como otras artistas de su generación, empleó estos recursos como fórmulas de subversión de la realidad, sin embargo en su caso, de modo distinto y singular. El profundo interés por ampliar las temáticas, la inteligencia de su humor y la clara determinación de realizar arte por encima de cualquier otra cuestión hacen a Chelo Matesanz diferenciarse de sus coetáneas.

 

Desde muy joven, recién licenciada en Bellas Artes a finales de los años ochenta en la Universidad del País Vasco, inicia un personal discurso, un intenso proceso reflexivo, que ya no abandonará, alrededor de la práctica artística, investigando y cuestionando las bases de la historiografía y desmontando modelos hegemónicos que definen la noción de arte en la modernidad: categorías, géneros, habilidades técnicas y nociones de genialidad y originalidad, entre otras. Construyendo paralelamente una cartografía, amplia y personal, con diferentes lenguajes y soportes que tejen una pluralidad de temáticas, subvertidas irónicamente desde el humor y la crítica.

 

La exposición Mis cosas en observación reúne en el sótano del CGAC más de cien obras de la artista entre 1992 y 2013, alguna de ellas nunca expuesta antes, con actualizaciones de algunas piezas. Incluye una instalación sobre territorios de la infancia adaptada y producida específicamente para la muestra, así como vídeos, dibujos, collages, objetos, bordados y materiales que favorecen la intervención emocional del visitante, completadas con un importante catálogo. Un conjunto que articula una hábil sucesión de territorios dirigidos a experiencias que exploran nuestro modo de percibir y actuar frente el arte y la vida, configurando sugerentes eslabones entre el ejercicio artístico y la rutina de lo cotidiano, implicando activamente al visitante a través de textos irónicos, imágenes mordaces y metáforas visuales, que se establecen en las salas del CGAC y más allá de ellas, con la vocación de introducir al público en las zonas más complejas de la conducta humana. Aquellas áreas en las que Chelo Matesanz se divierte de forma burlona, profundizando y subvirtiendo de significados con la intención de formular lugares donde desenvolver el pensamiento, para enfrentarse a condicionantes sociales, artísticos y culturales que fundamentalmente acaban por afectar a la mujer y a su representación; temática que la artista aborda de una forma radicalmente singular, unas veces desde la disidencia y otras desde la ironía, desvelando como las etiquetas se construyen a través del lenguaje y de la representación. Es también el caso de otras realidades como la infancia, la violencia, la enfermedad o la sexualidad, que Matesanz acomete desde la experimentación.

 

Cuatro territorios

 

Para la exposición en el CGAC se han concebido cuatro espacios metafóricos que reflejan cuestiones fundamentales en las que la artista ha trabajado en esta primera parte de su trayectoria, como la risa, la violencia, la aversión y la contemplación. Presentando en cada sección una serie de obras clave de su producción, contextualizadas en los ámbitos de lo pictórico, de la instalación, de la escultura, la costura y la cerámica. Territorios diferenciados a modo de encuentros, de formas e ideas que adquieren propiedades permeables, contaminadas en sus contornos; en los márgenes que terminan de definir el mensaje de la obra, su proyección y diálogo con el público. Escenarios vividos desde la risa, el dolor, el asco y la distancia contemplativa, en fin, sostenidos de una observación.

 

El epígrafe Reír boca abajo acoge aquellas obras relacionadas con los territorios de la infancia. La sexualidad y el humor son los canales empleados para ahondar en este complejo terreno protagonizado por la niñez pero construido por la mirada adulta. Los visitantes podrán introducirse en un espacio pensado como casa de ratones imaginada en los dibujos animados, con una galería de iconos infantiles desplegados en dibujos pegados a la pared con chicle, flores sexuadas, ositos de peluche confraternizando y sugerentes escenas de niñas jugando con animalitos en pinturas realizadas con retales, impactando en los prejuicios del que mira. Trabajos que no pierden de vista el arte pop y a sus referentes creativos, literarios y cinematográficos fundamentalmente, evidenciados en la serie de collages Chelo Matesanz Producciones (1996) o en los peluches Entre hermanos (1995), donde el espectador puede apreciar el tipo de obra manual, la reflexión sexual y sobre todo el humor corrosivo. Completa esta sección la importancia de la indumentaria en su imaginario representado por obras como ¡Qué mono! será de mi talla (1997). Con el segundo apartado Corazón en la garganta se avanza hacia un territorio donde el cuerpo nutre a Matesanz de otras áreas de interés acerca de temas masculinizados como la crueldad, la enfermedad o la violencia. En esta línea de estudio están presentes obras de clara resonancia combativa acerca de la cuestión de la identidad, como la serie Heridas (1994), imágenes de operaciones de sexo pespuntadas sobre tela, o la emblemática escultura Una limosnita por favor (1992-2004), imagen de la imperfección y discapacidad en cuerpos infantiles, mutilados, mezclando lo tragicómico. El tercer epígrafe,...Y mirar el pañuelo después, define trabajos que persiguen nuevas caídas de etiquetas, empleando la burla y también el desapego. Con el cambio de siglo, la artista realiza las piezas Lo que Lee Krasner podía haber hecho... pero no hizo, una serie de manchas rojas sobredimensionadas, similares a las de un cómic, en las que substituye el líquido propio del expresionismo abstracto por el rotulador y la costura; quedándose en ese tránsito que ejemplifica la crítica, la reformulación de los caminos oficiales. Como final del itinerario, Mirada entornada es un espacio en el que Chelo Matesanz pulsa la tradición, lo que tenemos de estereotipos y lo que nos marca como seres culturales para ponerle un gesto, una sonrisa, un guiño, en su interior. Las grande telas Peliqueiros (2007), Zamarrón (2006) y En el musgo de los troncos la cobra tendida canta (2009) sirven para perfilar estas tendencias en la culminación de un proceso, en este caso pictórico. La pintura vuelve a ser aquí eje central, el expresionismo inscrito en una vertiente más teatral y lúdica, que se extiende hacia un interés por el travestismo o el folclore.

 

Lo que se pretende, de modo global, con este recorrido es hablar de arte. Invitar al espectador a dejarse llevar entre las piezas, descubriendo en cada pausa sus significados, empleando el tiempo en imaginar el proceso oculto en el significado del resultado. Reflexionar sobre los contextos del hecho artístico, su producción y recepción, más allá de lo normativo y normalizado, de lo estandarizado y autorizado, incluso de los temas, aunque en el caso de Matesanz una realidad lleva irremediablemente a la otra, pegados y cosidos como sus collages de telas, mediante pespuntes de realidad.

 

Chelo Matesanz (Reinosa, Cantabria, 1964)

 

Cántabra de nacimiento aunque desde hace muchos años vinculada personal y profesionalmente a Galicia, cuando en el año 1992 se incorpora como docente a la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra de la Universidad de Vigo. Su personal narrativa ha sido mostrada al público en muchas exposiciones individuales, entre las que destacamos: Mis cosas en observación en el CGAC (Santiago de Compostela, 2014); Autorretratos en CASYC (Santander, 2009); Los gallos solo saben volar sobre la nieve (Ad hoc, Vigo 2008); Pegando el culo a la brasa, en el Centro Torrente Ballester (Ferrol, 2003); Connect the Dots. Sala Carlos III (Pamplona, 1997); Leche, cacao, avellanas y azúcar... en Espai Lucas (Valencia, 2001); En un lugar de la Mancha.... Galería Fúcares (Almagro, 1996); Sauvage pour home. Museo San Telmo (San Sebastián, 1994); La búsqueda del insecto palo Sala de Exposiciones, BBK (Bilbao, 1993); Hungry rabbits Galería Espacio Mínimo (Murcia, 1995).

 

Participa en las colectivas: O bosquexo do mundo. MARCO Vigo, Auditorio de Galicia (Santiago de Compostela) y Fundación Luís Seoane (A Coruña) entre 2013 y 2014; 93. CGAC (Santiago de Compostela, 2013); Genealogías feministas en el Arte Español 1960-2010. MUSAC (León, 2012); Teleprompter. Centro Torrente Ballester (Ferrol, 2009); Itinerarios 1993-2000. Fundación Marcelino Botín. Santander e Instituto Cervantes e Academia de España (Roma, 2001); Retorno al País de las Maravillas. El Arte Contemporáneo y la infancia. Centro Cultural Fundació La Caixa (Barcelona, 2001); Begijnhof III. Sweet dreams Galería Estrany- De la Mota (Barcelona, 2001); Memoria de un fin de siglo. Miradas Simultáneas. Museo de Bellas Artes e Sala Luz Norte (Santander, 2000); La escultura en Cantabria. De Daniel Alegre a nuestros días Fundación Marcelino Botín (Santander, 2000); Jardin de Eros. Obras eróticas en las colecciones europeas. Palacio de la Virreina e Tecla Sala (Barcelona, 1999); Bienal de Pintura Martínez Guerricabeitia. Sala Parpalló, Centre la Beneficencia (Valencia, 1999); Hábitos velados. Area 2, Sala Rekalde (Bilbao, 1998); Transgenéric@s.Koldo Mitxelena (San Sebastián, 1998); Castillo de Praga (república Checa, 1995) y Sala Julio González, antiguo MEAC (Madrid, 1995); Confronting Nature: Silenced Voices. Main Art Gallery, California State University. Fullerton. Guggenheim Gallery at Chapman University in Orange (CA, 1995).

 

Participó en varias ferias nacionales e internacionales como Arco (Madrid), Art Chicago, Liste-Art Fair Basel (Basel, Suiza); Riparte (Roma); Art Colonia (Alemania); Expoarte, en Guadalajara (México), entre otras.

 

En 1992 obtuvo la Beca de Formación y Ayuda a Investigadores. Departamento de Educación, Política Lingüistica y Cultura. Universidades e Investigación. Gobierno Vasco; en 1994 es seleccionada para la Muestra de Arte joven, en 1995 en Germinations para jóvenes artistas europeos y obtiene la Beca Fundación Marcelino Botín; En 1996 le conceden el premio JASP, al mejor artista joven en Arco 96.

 

Su obra está representada en importantes colecciones públicas y privadas.

 


Imágenes de la Exposición
Chelo Matesanz, Una limosnita por favor, 1992-2004

Entrada actualizada el el 26 may de 2016

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