Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Miguel Lorente (Alicante, 1965) suele trabajar en colaboración con otros artistas y utilizar diversos seudónimos, por lo que es difícil rastrear su trabajo. Como buena parte de sus compañeros de generación comenzó exponiendo en la Muestra de Arte Joven (1990) y en el Centro de Recursos Culturales de Madrid (1992). Desde entonces ha expuesto en el Museo Ludwig (1993), en El Ojo Atómico (1994), en las salas de exposiciones de la Comunidad de Madrid (1998 y 2003) y en Doméstico (2001). El artista ha venido mostrando en público su obra desde el principio de la década de los 90. Su trabajo ha estado desde entonces estrechamente ligado a una idea del arte como vía de aprendizaje y difusión del conocimiento, una vía que empezó a desarrollarse en el Renacimiento y continúa hasta nuestros días. Sus primeros proyectos se relacionaban con el ámbito de las ciencias exactas o naturales, pero puede observarse una tendencia progresiva a incluir ámbitos más amplios, incluso la filosofía y el arte. La realización de las obras de Miguel Lorente se caracteriza por una precisión tal que las obras tienen el aspecto de ser maquetas antes que ninguna otra cosa. Dicha precisión ralentiza enormemente su trabajo por lo que resulta inusual la reunión de un grupo significativo de su obra. La actual exposición gira alrededor de la visión y la representación. El título “Visión 1956-c.1966” define el tema y el hilo conductor de la exposición: la visión, sus complementos y sus derivados. Estos incluyen desde los distintos procesos y elementos técnicos que han venido a completar y desarrollar las capacidades de nuestra visión, hasta las posibilidades creativas basadas en la visión que modifican la forma de vida y la percepción del mundo de los seres vivos. Como si de un rápido catálogo de artes y técnicas se tratara, la exposición recoge aparatos y dispositivos relacionados con la visión (el ojo, los espejos, maquetas arquitectónicas con ventanas y periscopio, los prismáticos, la cámara fotográfica, un proyector de cine aficionado, un sistema de análisis y utilización del color…). Estos dispositivos se relacionan directa o indirectamente con distintas formas creativas y alguna que otra creación concreta, desde la arquitectura (el laberinto de espejos, según un modelo de feria de finales del siglo XIX; o el antiguo Alcázar madrileño, residencia real, donde se pintaron y se albergaron Las Meninas) a la fotografía (la Hasselblad y su rollo expuesto, sin revelar todavía) o el cine, pasando por la pintura (Las Meninas) o las artes gráficas (los cubos de Küppers). Las obras repasan varias tecnologías de la imagen, con especial hincapié en la popularización de la óptica en la Edad Contemporánea. El empleo de juegos de espejos conecta Las Meninas de Velázquez con los laberintos recreativos. El desarrollo de la mirada y su registro está representado por unos prismáticos, por la fotografía y por el cine aficionado. Otra de las vías de la exposición nos lleva a la comprensión de los fenómenos del color y las pretensiones de sistematización del mismo. Los aficionados a los objetos técnicos, a las artes visuales o a la historia en general no tardarán en tejer relaciones de unos objetos con otros. Algunas son evidentes y cercanas, otras, más lejanas o ambiguas. No es pretensión del artista delimitar la imaginación del público. Por supuesto, pretender representar la visión y lo visual en general y en unos pocos objetos sólo puede hacerse con una buena dosis de humor e inconsciencia. Quizás no sea necesario advertirlo, pero Lorente no intenta hacer un resumen equilibrado ni mucho menos completo, sino más bien pasar el rato y seguir cultivando nuestras aficiones.
Exposición comisariada por Neus Cortés.
Exposición. 12 nov de 2024 - 09 feb de 2025 / Museo Nacional Thyssen-Bornemisza / Madrid, España