?Mi universo? es el resultado de ocho años de trabajos de estudio y taller bajo las ordenes de maestros como Mari Carmen López Olivares, Luis de la Fuente y Vicente Varella. La muestra tiene cuatro partes bien diferenciadas, tres de ellas corresponden a la impronta de estos artistas de los pinceles y la cuarta, y más reciente, que se enmarca en la fiesta castellonense por excelencia, la Magdalena. En total una treintena de obras pictóricas que plasman, según el propio artista, ?los sueños, vivencias y mi admiración por Castellón, sus fiestas, sus gentes, sus flores y la luz que me acompaña día a día. Creando en mis siluetas y signos de vida en un mundo lleno de matices, comunicación, lenguaje, música y sensaciones?.

El grupo de pasteles sobre papel creados bajo la tutela de Luís de la Fuente revelan el estudio ... minucioso del dibujo que caracteriza a este maestro. En la mayor parte de los casos se trata de bodegones de colores apagados donde destaca la balanza, en la que Mora deja volar su imaginación hasta retrotraerse a su niñez.

Los trabajos nacidos a la luz del delicioso taller de Mari Carmen López Olivares, enclavado en la histórica plaza de la Independencia, introducen las arquitecturas. Mora reconoce que de ella aprendió la composición del cuadro, a enriquecerlo de elementos, y darles profundidad. Bajo la apariencia de una temática libre, esta familia revela sin tapujos la inspiración directa de la andaluza y, de hecho, algunas de las obras están firmadas por ambos.

Pepe Mora trabajó varios años con Vicente Varella, profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Castellón. Es entonces cuando surge el color a través de un jardín de flores y marinas que nacen tras la observación directa del Mediterráneo, un inmenso lago que baña la orilla del municipio benicense donde Mora pasa sus veranos.

El último grupo de obras son precisamente las que reciben al espectador en la planta baja de la sala Real. Los momentos álgidos de las fiestas fundacionales de la capital están representados como un sueño. Bajo un telón gris los personajes no hunden sus pies en el suelo, sino en una neblina onírica. ?Yo sueño en blanco y negro?, reconoce el artista.

Aunque Mora se siente todavía discípulo y aprendiz tiene la ilusión pintada en su rostro y por eso quiere compartirlo con todos.