Descripción de la Exposición En la última etapa del siglo XIX, Seurat se encontraba investigando su particular teoría de la pintura, basada en la percepción óptica de los colores. El pintor y teórico francés determinó que la luz en pintura no debería obtenerse mediante el empaste de tonos, sino que ésta resultaba de ubicar multitud de partículas de color unas junto a otras, consiguiendo así la unidad tonal y la vibración luminosa. En la pintura de Mangue Vega observamos una asociación lejana, ya que su obra, aunque esté basada en pequeñas unidades, no es «puntillista», no sólo porque parte de realidades presentes en el siglo XXI, sino más bien porque Mangue no intenta recomponer ópticamente la unidad tonal, sino que tiende a suscitar en la superficie pintada oscilaciones y vibraciones dinámicas que se transmiten al espectador. Son imágenes que alcanzan un importante grado de pureza en las que esgrime la pintura como reflejo de la misma, estableciendo un diálogo concreto entre la propia obra en sí y el proceso de ésta. En cierto sentido, podríamos determinar que el artista rescata su experiencia personal en el terreno pictórico (arqueología icónica) a través de la experiencia ajena y mediante cámaras de vigilancia, las cuales otorgan el título a algunas de sus piezas. Si aglutinamos la estética de los lienzos de Vega, observamos que se desprende en primera instancia una fehaciente aura digital (sobre todo en Cámara de vigilancia 1907 pixelado) donde prevalece el «efecto ruido» que posee la imagen en blanco y negro junto a diversos planos de color que coinciden no aleatoriamente con las superficies en proceso, con la idea de que esas mismas imágenes estén siendo capturadas mediante un sistema tecnológico de tales características, de algún modo nos inquietará el hecho de que hayan sido pintadas «tradicionalmente», quizás el autor esté de acuerdo con los postulados de Paul Virilio acerca de la ansiedad que produce en el ser humano la aceleración tecnológica, y pretenda, consciente o inconscientemente, que todo transcurra con más serenidad. Por otra parte, observamos en todas las composiciones planos vacíos que nos muestran el fondo de las obras, espacios mudos que nos invitan a reflexionar, conjugando de este modo el ruido («nieve» o píxeles) con una vocación silente que ya estaba presente en sus obras pictóricas anteriores (Tailor made), como supo interpretar el crítico de arte José Marín-Medina. Mi hermano es un robot unifica tradición y vanguardia. Propone una reflexión sobre el papel que debe jugar el pintor del siglo XXI en la era de la revolución tecnológica y el Big Brother, y lo hace eliminando inteligentemente la coherencia entre conceptos técnicos y estéticos, a la vez que muestra una realidad muy viva y autónoma manteniéndose siempre alejado de la mera representación.
Exposición. 13 dic de 2024 - 04 may de 2025 / CAAC - Centro Andaluz de Arte Contemporáneo / Sevilla, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España