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Metal: Germaine Krull y la Fotografía Industrial 1920-30

Exposición / Guillermo de Osma / Claudio Coello, 4 - 1 izq. / Madrid, España
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Cuándo:
09 jun de 2011 - 27 jul de 2011

Inauguración:
09 jun de 2011

Organizada por:
Guillermo de Osma
Etiquetas
Fotografía  Fotografía en Madrid 

       


Descripción de la Exposición

La exposición reúne 14 tirajes de época de Germaine Krull publicados en 1928, en su mítico libro Metal y se complementa con fotografías de temática industrial o mecanicista realizadas por diversos autores europeos (desde László Moholy-Nagy a Ilse Bing). En total se exhiben 35 fotografías de los años 20 y 30 que conforman un excepcional conjunto de fotografía industrial y mecánica, con Krull como eje central, en el seno de las primeras vanguardias europeas. Artistas: José Alemany, Ilse Bing, Hans Finsler, Gustav Klucis, Igor Kotelnikov, Germaine Krull, Làszlò Moholy-Nagy, Erich Mrozek, Ernst Scheel, Alex Stöcker, Esteve Terrades, Geza Vandor, Shikanosuke Yagaki, Piet Zwart. Festival Off de PHotoEspaña 2011. XIV Festival internacional de fotografía y artes visuales.

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En 1889 París realizó una Exposición Universal que coincidió con la conmemoración del centenario de la Revolución Francesa, como reclamo decidieron construir una gran torre que serviría de arco de entrada a la exposición que por sus características destacase de todas las construcciones que se habían realizado anteriormente, su belleza desafiaba las leyes de la naturaleza y devino uno de los grandes logros de la civilización industrial, convirtiéndose en uno de sus más importantes símbolos. La torre proyectada por el ingeniero Gustave Eiffel modificó la fisonomía de la ciudad y, en los primeros años de su construcción, inspiró a pintores como Henri Rivière, George Seurat, Marc Chagall, Henri Rousseau, Maurice Utrillo o Robert Delaunay, aunque fueron los fotógrafos modernos, en la década de 1920, periodo que se caracterizó por la euforia maquinista, los que se sintieron seducidos por sus formas y la fotografiaron desde todos los ángulos posibles, ofreciendo nuevas perspectivas multiplicando su imagen, distribuyéndola por todo el mundo.

 

Las máquinas jugaron un importante papel en los cambios de hábitos sociales, facilitaron el proceso de industrialización y automatización, transformaron las formas de transporte y comunicación. Su relación con la idea de progreso hizo que estuviesen directamente vinculadas con la modernidad, la fotografía era el dispositivo que mejor representaba estos cambios. Alfred Stieglitz definió a la cámara fotográfica como la única máquina que es capaz de hacer arte. La fotografía por sus características, automatismo, precisión y carácter democrático se convirtió en un símbolo de la era industrial, de la modernidad tecnológica, tuvo una gran penetración social, aunque en ciertos sectores de la esfera artística se produjo un fuerte rechazo a este medio, al considerar que formaba más parte de la industria que del arte. El debate entre la visión romántica y la modernidad tecnológica derivada de la revolución industrial estuvo presente durante gran parte del siglo XIX, aunque no fue hasta principios del siglo XX cuando los importantes cambios que se habían producido fueron incorporados de forma generalizada dentro de los programas de los artistas más avanzados. Los futuristas iniciaron un proceso de ruptura con el arte tradicional para crear uno nuevo que estuviese en consonancia con su tiempo. Filippo Tommaso Marinetti en el primer Manifiesto Futurista (1909) proclamó la adhesión a nuevos temas como: la tecnología, la vida urbana, la velocidad, la publicidad, etc... que devendrían centrales en la producción artística de la década de 1920. No obstante, los futuristas promovieron una ruptura más vinculada a los temas que a las formas de producción y de distribución artística, mantuvieron las jerarquías existentes en las que la pintura y la escultura eran los máximos representantes de la producción artística. Los constructivistas rusos y alemanes fueron los que proclamaron la asociación entre arte y técnica, estaban interesados en la producción industrial y utilizaron nuevas técnicas artísticas como la fotografía o el fotomontaje. Gustav Klucis pintor, tipógrafo y fotomontador, empezó a utilizar el fotomontaje, al mismo tiempo que los dadaístas berlineses, y con esta técnica desarrolló gran parte de su producción propagandística que estuvo muy vinculada a la construcción de una nueva cultura y de un nuevo país en la que la industrialización estaba muy presente. Mantuvo una intensa actividad como creador, teórico y pedagogo. Realizó la selección y el texto de la parte soviética en la exposición Fotomontaje que organizó Cesar Domela en 1931, fue presidente de la Sociedad de Trabajadores del Cartel Revolucionario, profesor del Inkhuh y Vkhutemas, Talleres de Enseñanza Superior de Arte y Técnica creados en 1920 desde donde estaban muy presentes las teorías del arte de vanguardia como el suprematismo o el constructivismo. Artistas como Gustav Klucis, desde el taller del color, El Lissitzky, desde el taller de interior y de mobiliario o Alexander Rodchenko, desde el taller de construcción promovieron el uso de nuevas técnicas artísticas como la fotografía y el fotomontaje en esta escuela.

 

Un año antes de la creación de la Vkhutemas, Walter Gropius fundó la Bauhaus con la finalidad de renovar la enseñanza artística, en poco tiempo se convirtió, junto a su homóloga rusa, en uno de los más importantes centros promotores de la asociación entre arte e industria. En los primeros años de la escuela no había un taller especifico de fotografía y no fue hasta 1929 cuando lo creó Walter Peterhans, aunque la fotografía y el fotomontaje gozaban ya de una gran popularidad en la escuela y eran una práctica bastante generalizada tanto entre los profesores como entre los alumnos, ya fuese como una forma de expresión o de registro de sus actividades escolares o privadas. László Moholy- Nagy fue uno de los primeros y de los más importantes promotores de la fotografía en la Bauhaus y en 1923 entró para dirigir el taller de metal. La fotografía estuvo muy presente en sus clases, fue un artista que se interesó por las nuevas técnicas: tipografía, publicidad, fotomontaje, etc. Realizó una importante labor pedagógica y teórica sobre la fotografía, publicando libros como Malerei, Fotografie, Film (1925), así como numerosos textos en libros y revistas, en los que marcó las directrices de lo que tenía que ser la nueva fotografía. Sus programas se extendieron por toda Europa, creando una nueva forma de entender la producción fotográfica. László Moholy-Nagy también utilizó la fotografía como materia artística, experimentó con los fotogramas, con los fotomontajes, con la macro fotografía, con los puntos de vista inusuales, etc.

 

Como los creadores de su tiempo, se sintió atraído por los paisajes industriales, por las máquinas o las grandes obras de ingeniería y los registró con su cámara: la Torre de la Radio de Berlín, el Puente Transbordador de Marsella, la Torre Eiffel de París, etc.

 

Germaine Krull, descrita como la valquiria de hierro, fue una de las relevantes difusoras de la estética maquinista, fotógrafa de origen polaco, ha sido definida como una de las más importantes representantes de la nueva visión en Francia. Llegó a la ciudad de la luz en 1924 junto a su marido, el cineasta Joris Ivens. París, desde finales del siglo XIX, se había convertido en la capital cultural y artística de Europa. Colaboró con diferentes medios impresos y trabajó en publicidad. Empezó a utilizar los recursos estéticos de la nueva visión como los picados, contrapicados, descentramientos del eje de simetría, realizando imágenes interesantes y radicales que revelaban aspectos nuevos, en un momento que no eran habituales entre los fotógrafos franceses. Sobre 1925 empezó a fotografiar grúas, puentes de metal, convirtiéndose los paisajes industriales y la arquitectura de metal en uno de sus grandes temas. En 1927 se publicó Métal, libro en el que se reunían sus fotografías industriales que devino una de las obras fundamentales de la nueva visión, de los paisajes industriales y en uno de los más importantes fotolibros del periodo de entreguerras. Sus fotografías inspiraron los trabajos de escritores y críticos como Pierre Marc orlan, Daniel Rops, Fréderic Lefèvre o Florent Fels, que realizó el prologo de Métal, en el que asoció sus fotografías al lirismo de la poetisa Marceline Desbordes-Valmore. 'El lirismo de nuestro tiempo se inscribe en (...) catedrales de acero (...). Los bosques de pilones reemplazan a los árboles seculares. Los altos hornos reemplazan a las colinas. Germaine Krull es la Desbordes-Valmore de este lirismo'. Sus fotografías maquinistas de carácter abstracto sedujeron a la crítica y los círculos de las vanguardias artísticas, sus fotografías industriales se difundieron en revistas como Art Vivant, Variété, Jazz, Der Querschnit, I 10, etc. y dentro de la colección Photographes nouveaux le dedicaron una de las primeras monografías fotográficas que se empezaron a publicar en los años treinta, participó en exposiciones como: Le Salón de l´Escalier, 1928; Film und Foto, Stuttgart, 1929; Internationale de la Photographie, Bruselas, 1932, entre otras.

 

La difusión de las ideas de Le Corbusier que veía las construcciones y las máquinas de la industria moderna como obras de arte, los programas de los futuristas y de los constructivistas, libros como Bauen in Frankreich, Bauen in Eisen, Bauen in Eisenbeton de Sigfried Giedion o exposiciones como Machine Age, Nueva York 1927, convirtieron al paisaje industrial y a la máquina en uno de los temas centrales de la producción artística del periodo de entreguerras.

 

La recepción de las teorías de László Moholy-Nagy, conocidas como nueva visión, se aplicaron a la fotografía y al diseño gráfico, creando nuevas narrativas visuales que renovaron la publicidad, el diseño de libros, las revistas y las exposiciones. La utilización de puntos de vista inusuales como los picados, contrapicados, descentramiento del eje de simetría, la magnificación, la sinécdoque, el fotograma y el fotomontaje se convirtieron en recursos utilizados por los fotógrafos modernos para mostrar aspectos nuevos de chimeneas, torres de alta tensión, máquinas, barcos, motores, coches, trenes y aviones.

 

Los cambios propuestos por los teóricos iban más allá de las formas y de los temas, buscaban nuevas técnicas y plataformas de difusión que se adecuasen a su tiempo, rompieron con las jerarquías tradicionales, con los canales de distribución, los artistas prefirieron la utilización de los medios de comunicación de masas que las galerías para difundir sus creaciones, pensaban que la pintura de caballete había agotado sus posibilidades después de siglos. Sus posiciones estaban en contra del arte por el arte, del carácter elitista, íntimo, burgués de la obra única, promovían un arte social y público, utilizaron nuevos medios que estaban más de acorde con su tiempo: la fotografía, el cine, o la publicidad. Las publicaciones se convirtieron en las plataformas de difusión de las teorías y de las obras de los nuevos fotógrafos. Las mejoras en los transportes y la comunicación hicieron que la información circulase de una forma fluida, expandiendo por las principales ciudades occidentales los programas de la vanguardia artística y fotográfica. Las revistas y los libros se convirtieron en plataformas que difundieron por toda Europa las bases de la nueva visión y de la nueva objetividad, seduciendo a numerosos creadores atraídos por los nuevos temas, por los nuevos lenguajes, expandiendo estas formas de entender la producción fotográfica. En España el ingeniero y fotógrafo Esteve Terradas, que estuvo vinculado al proceso de modernización de Cataluña, realizó entre 1924-1926 una serie de fotografías de la construcción del metro transversal de Barcelona, en la que resaltó la belleza formal y abstracta de las vigas, de la construcción. Su producción fotográfica tenía un carácter instrumental, aunque por su formación e intereses realizó una serie de fotografías muy vinculadas con la nueva objetividad, sus paisajes industriales se adelantaron a la difusión de la fotografía moderna en España.

 

En París además de Germaine Krull, otros fotógrafos como Geza Vandor utilizaron los recursos estéticos, propuestos por László Moholy-Nagy, para hacer sus fotografías. De origen húngaro, frecuentó el grupo de fotógrafos compatriotas que residían en París, entre los que estaban: Ergy Landau, André Kertész y Segismundo Kolos Vary. Colaboró con diferentes revistas entre las que estaban Les Chemins de Fer du Nord en la que publicó fotografías de trenes, máquinas, puentes, paisajes urbanos, en las que utilizó el lenguaje de la nueva visión. Participó en exposiciones con Groupe Annuel des Photographes junto a Man Ray, Roger Parry, Ergy Landau, Boiffard, Brassaï, Germaine Krull, Eli Lotar, Albin Guillot, Ilse Bing, André Kertész o Wols. En Holanda Piet Zwart, diseñador gráfico y fotógrafo que junto a Paul Schuitema aplicaron las bases de la nueva tipografía y renovaron el diseño gráfico en Holanda, se interesó por las fábricas y por las máquinas a las que fotografió resaltado su belleza formal, también documentó los interiores de las fábricas en los que se ven a los obreros trabajando, fue el que organizó la sección de fotografía holandesa para la exposición Film und Foto, Stuttgart, 1929. En Suiza Hans Finsler estudió arquitectura e historia del arte, empezó a utilizar la fotografía en 1927 como elemento pedagógico en sus clases. Su interés en esta nueva técnica le convirtió en uno de los más importantes fotógrafos publicitarios e industriales, aplicó la estética de la nueva objetividad, jugó con las formas en sus fotografías de tubos, bombillas descontextualizadas, que mostró en exposiciones como Film und Foto, Stuttgart, 1929. En Estados Unidos el Preciosismo, en la segunda década del siglo XX, impactó con sus paisajes industriales. Las formas geométricas y los volúmenes sedujeron a fotógrafos como Paul Strand o Charles Sheller. En la década de 1930, la atracción por la vida urbana, por las máquinas, o los paisajes industriales seguía estando presente entre los fotógrafos modernos como José Alemany, fotógrafo de origen español, que combinó la realización de imágenes surrealistas con la práctica de la fotografía formalista de puentes de metal, máquinas, chimeneas, etc. En los paisajes, temáticamente, se acercó tanto a la naturaleza como a las construcciones industriales, generalmente, en los dos casos realizó imágenes muy próximas a la abstracción. La estética maquinista sedujo a numerosos fotógrafos modernos como Ilse Bing, Alex Stöcker, Shikanosuke Yagaki o Igor Kotelnikov que, de forma esporádica, realizaron interesantes imágenes de fragmentos de coches, de chimeneas, de torres eléctricas. El interés por la estética industrial y por las máquinas culminó en 1934 con su entrada en el museo, con la exposición Machine Art que realizó el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

 


Imágenes de la Exposición
Esteve Terrades, Construcción Metro Barcelona, 1924-26

Entrada actualizada el el 26 may de 2016

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