Descripción de la Exposición Contemplemos la salud mental del autor, -si esto fuera posible-, y obtendremos las características de la obra. ¿Quiénes son los interpretes? Posiblemente, los hechos y las explicaciones. Los caprichos, la inspiración, la psicología y las manías son los elementos que van a producir los cambios, cambios debidos a la reflexión y en buena manera a la intuición. ¿Pero, existe la duda? El cálculo, la paciencia, la explicación y el análisis son -entre otros- los elementos que nos acercan a la libertad (recordemos que el arte es o debiera ser el mundo de la libertad) y hasta la espontaneidad como un contrasentido y también como contracorriente. En contraposición el orden y el caos, la forma y la informa, la distancia y la cercanía. ¿Y en los momentos calientes…..? Apelemos a los estados de conciencia: a lo extraplástico, a lo extrapictórico. Cuando no se cuenta ya con los relatos de la historia del pensamiento sobre lo bueno, lo verdadero y lo bello, ¿nos acercamos al pensamiento actual? ¿Sería pretencioso llamarlo lo inasequible? En Alzola, encontramos orden, clasificaciones y relaciones; sobre todo relaciones con lo accesorio, ya que Juan Luis Alzola. es presumiblemente un artista de lo accesorio. En su proceso de creación, lo primordial es producir realidades. Y para ello, se dota de –llamémosle- una delimitación de grados de realidad; pero es necesario en tal caso de un indicador de realidad. ¿Dónde lo encontramos? ¿Dónde se halla este supuesto punto de partida paradigmático? En nuestra opinión, radica en los cambios de perspectiva de su memoria visual. El universo pictórico de J. L. Alzola legitima sus propios espacios, sus propias formas y su propia topografía, generando una especie de cartografía pictórica -en esta muestra- de mapas y territorios donde no existen semejanzas ni generalizaciones ante la insularidad, ni ante la globalidad. Tan sólo la visibilidad.