Los paisajes de Lanzillotta, soleados, cálidos, pero austera y densamente cargados de elementos psicológicos, suelen reducirse a la intersección de planos de color, y las especificidades se amplían para convertirse en sentimientos y asociaciones emocionales. Mantiene vivos y desarrolla las ideas y el trabajo de los pintores metafísicos, como Giorgio de Chirico y surrealistas, como René Magritte. Los azules pálidos, grises y verdes de Lanzillotta se vuelven casi abstractos, sus paisajes se convierten en espacios alegóricos, con un gran poder emocional romántico y el uso de la pintura al óleo sobre lino permite que la luz brille a través de capas cuidadosamente construidas. Las obras de Maurizio Lanzillotta están llenas de misterio y armonía, tanto en su imaginario como en su ejecución y el significado simbólico de sus composiciones alude a lo espiritual empleando la simetría como elemento compositivo con gran efecto.