Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Joan Cortés, uno de los escultores de lenguaje más personal y con una proyección mayor de cuantos trabajan en las Illes Balears, recupera los orígenes históricos del Aljub con 'Memoria del agua', una escultura-instalación realizada específicamente para este espacio de Es Baluard Museu d'Art Modern i Contemporani de Palma, provocando el diálogo entre la antigüedad del viejo depósito y una pieza que transpira absoluta contemporaneidad. En 'Memoria del agua', el material, el color, la forma y la composición contribuyen a la descripción de la escultura que Joan Cortés ha trabajado en las dos últimas décadas: la delicadeza que se manifiesta no sólo en el tratamiento de las piezas que conforman la obra, sino también en la manera que tienen de acariciarse unas formas a las otras, para crear nuevas formas y para hacer sentir la vibración conjunta; la fragilidad, como una característica no tanto física, sino de sensaciones; un sentido muy particular de la acumulación, una acumulación que no tiene nada que ver con el barroquismo, sino con la máxima depuración, con los gestos mínimos, con los elementos esenciales; la diversidad que puede ofrecer la repetición cuando el artista domina los códigos de la composición, y la ligereza de aquello que parece no pesar, de aquello que ofrece la sensación de separarse del suelo y se eleva como se elevan las cosas del alma o las cosas que surgen del alma y que van directos a ella. Joan Cortés no ha abandonado una sola de las connotaciones de su escultura. El blanco de casi la práctica totalidad de sus obras, es también la fuente de luz de 'Memoria del agua'. Un paisaje blanco que, dada la sucesión de planos rectos y de curvas de gran suavidad, de gran sensualidad, crea efectos de luz y de sombra que, en definitiva, contribuyen a realizar el modelado final de las formas. Es la poética propia del artista, una poética blanca, sutil y cautivadora que, desde su espíritu diáfano, ofrece una sensación de bienestar, paz interior y silencio en absoluto turbador. Según afirma Santiago Olmo, en el catálogo de la exposición 'Memoria del agua', <<el espacio del Aljub se presenta macizo. Construido en piedra, es una bóveda que recuerda al casco de un navío invertido, pero su cualidad impermeable es inversa: mientras el buque no permite que penetre el agua desde el exterior, el Aljub es un receptáculo hídrico que intenta que el agua ni salga ni se fugue. Es, diríamos, una caja hermética, una «cárcel» de agua. >>Si revisamos sus trabajos de los años noventa se puede apreciar como la escultura objeto surge de las formas vaina, semillas y barco o canoa (...). El Aljub, en este caso, configura desde la arquitectura un receptáculo vaina-casco de barco y se integra en la obra como el elemento de soporte contenedor. No es simplemente un espacio, es esencialmente parte de la obra. >>La pieza consta de ocho enormes formas de apariencia redondeada y vagamente orgánicas, realizadas en porexpan y pintadas de blanco, que remiten a gotas de agua y como tales tienden a renombrar el espacio desafectado y desecado, ya desprovisto de su función de almacén hídrico, aunque en él se viva la experiencia del peso y la opresión de un gigantesco contenedor. >>La instalación renombra el espacio al apropiárselo, restaurándolo en su memoria mediante la alusión, la alegoría y la resignificación. >>Las formas gotas reposan sobre una base muy leve adaptada al suelo, también blanca, y la luz, al incidir sobre los volúmenes, tiende a iluminar, mediante reverberación, el espacio, dando a la analogía del agua un carácter aéreo y transparente (...). >>En el Aljub, las gotas de agua contienen también una carnalidad y una sensualidad (...) y se abren a una dimensión de monumentalidad cósmica. El diálogo que establecen los volúmenes entre sí propicia una sugerencia de movimiento y de la inestabilidad propia del fluido. Sin embargo, se trata de un movimiento detenido o que está a punto de ocurrir: es un movimiento en impasse. Otro elemento de diálogo entre las formas es la consolidación del silencio, como un tiempo específico para el volumen espacio. Por último, la instalación abre otra tensión más, y es la que se produce entre arquitectura y memoria del agua, a través de los volúmenes sólidos de las formas-gotas, entre construcción y el carácter fluido del agua>>. Se recuerda que, en 2008, Es Baluard Museu d'Art Modern i Contemporani de Palma adquirió la escultura de Joan Cortés, 'Sense títol' (2008), que será expuesta próximamente con una selección de las nuevas adquisiciones.
Memoria del agua es una instalación de grandes dimensiones creada específicamente para el Aljub, que consta de 8 formas blancas de porexpan que nos remiten a la antigua función de almacén hídrico del espacio.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España