La galería Siboney presenta una exposición en el CENTRO CULTURAL LOS ARENALES de Santander, de la santanderina de adopción -aunque nacida en San Sebastián (1962)- Susana Reberdito. Una artista residente en Alemania desde hace dos décadas, que presenta una selección de obras de su producción reciente, de series que están inéditas en España.
Una muestra con un título revelador: Meeresrauschen, es decir, colores que son sonidos. Susana Reberdito nos habla de los sonidos, los olores, la suavidad o la aspereza, el calor, incluso los sabores de sus cuadros.
Meeresrauschen, ruido del mar, susurro, movimiento, cadencia de las olas, gaviotas, rumor del viento, trinos, relajación, fricción de la ola al retornar sobre la arena, sonido del agua que escurre entre las rocas, rompiente, vuelco, marea, golpe de agua, paraísos de calma soñada. Estos son los motivos, los temas reflejados por medio de formas elementales, de esenciales átomos de significado, de juegos de límites...y masas que nos ofrecen la extraña relación primitiva del color y la forma, del detalle exaltado en el delicado margen de actuación que queda entre lo vacío y lo complejo, por medio de la fecundidad de lo mínimo engrandecido.
El agua, es decir, la pintura convertida en agua, es decir, en el mar.
El color convertido siempre en sorpresa, emoción, pasión.
El color como vehículo de lo emocional.
Cada cuadro es un decantado de sentimientos que precisa un tiempo lento de actividad contemplativa. Es una pintura ambigua en su literalidad, porque es pintura y océano, realidad e ilusión, suceso pictórico ocurrido en una escala, en una dimensión invariable, y magia sentimental del color al margen de lo simbólico, porque nos invita a un lugar de encuentro entre lo específico pictórico y lo íntimo emocional.
Colores que tejen un texto primitivo y olvidado, que se enredan en un desorden deslumbrante. Susana Reberdito transmite un amor a la materia, un goce sensual, enérgico y radiante que arde en cada pincelada, en los gestos que acarician o hieren las capas de pintura, para desvelar la profundidad, la veracidad de las emociones que se enredan entre las superficies líquidas del mar o de la pintura.
