Al considerar al público como un sujeto activo, la mediación surge como un servicio integral en el que la iniciativa y la interpretación autónoma por parte del visitante tienen un gran peso, sin descuidar la atención y el asesoramiento directo por parte de un profesional. La figura del mediador no  es  un  educador,  no  es  guía  y tampoco es un informador. Se trata de un profesional capacitado para adecuar la información que posee sobre la institución y transmitirla adecuadamente. El curso ofrece todos los recursos básicos para elaborar un plan de mediación que puedas aplicar a tu proyecto o institución y cómo aprender a trabajar conjuntamente con nuestros públicos.