Galería Argenta presenta pinturas y fotografías de Ouka Leele, artista nacida en Madrid en 1957, una de las principales protagonistas de la Movida Madrileña de comienzos de los años 80.

Compañera de artistas como Mariscal, Ceseepe, Alberto García-Alix o Pedro Almodóvar, residió en Barcelona, Madrid y New York desde su juventud. De formación autodidacta, en 1976 publicó sus primeras fotos en blanco y negro y en 1978 comenzó su actividad expositiva. En 1979 realiza su famosa serie “Peluquería”. Decide fusionar pintura y fotografía para crear su propio sistema de comunicación artístico, aplicando acuarela para bañar de cromatismo las fotos en blanco y negro.
Continúa su obra siempre fiel a sí misma, plasmando lo que de verdad conoce, su propia vida, investigando, aprendiendo, fuera de cualquier definición, fuera de modas o conceptos, entendiendo las artes como una sola y única devoción. Según sus propias palabras, Ouka Leele entiende la fotografía como "poesía ... visual, una forma de hablar sin usar palabras".

Su obra ha sido reproducida en multitud de revistas como Diorama, Photo Magazine, Telos, Dezine, o Reviste Actuel. Ha impartido talleres sobre su especialidad en festivales, centros culturales y universidades y también ha realizado actividades de ilustración. Ha colaborado en casi todas las ediciones del Festival ARCO, que alberga parte de su obra en su colección. Su prestigiosa obra se ha expuesto en ciudades como París, Londres, Tokio, Sao Paulo o Nueva York. En el año 2005 le fue concedido el Premio Nacional de Fotografía.

En esta ocasión, mostramos una selección de fotografías que, guiándonos a través de títulos tan poéticos como La penumbra abre sus alas o Resucitando en el origen, nos confunden en la eterna dualidad entre continente y contenido, entre lo representado y lo suscitado, llevándonos a las metáforas visuales que Ouka Leele crea a base de su tan constante recurso de la escenificación, de esa disposición provocadora de los motivos, elementos éstos, extraídos de su experiencia y reargumentados tras su propia vivencia, su mundo.
Así mismo, las pinturas, serie de cosmos relatadores de sueños íntimos, quizás más sutiles en cuanto a la toma de motivos, más concretas e individuales en su forma; líricas y agitadas por su cromatismo plano y fuertemente contrastado.