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21 obras componen la exposición, 21 rostros gritando que persiguen un objetivo, crear una sensación inquietante en el espectador. Elena Poblete explica que para ella el grito es un símbolo de vida, lleno de fuerza, de expresividad, de rudeza, de tremenda intensidad. El grito no deja impasible, conmueve, transmite, lleva a la acción.

El grito actúa además de nexo en una obra en la que hay una clara apuesta por la experimentación, conformando cada imagen de forma diferente a las demás. Si bien en todas la técnica utilizada es el collage en su más estricto sentido, es decir, elementos prefabricados adheridos con cola, cada ... una de ellas ha sido resuelta bien con tiras de papel o bien con círculos a modo de trama, o con pedazos rasgados o quemados. Pero siempre con un mismo material, papel de prensa y concretamente texto, normalmente titulares, crea texturas tipográficas, con diferentes densidades de negro, que consiguen modelar la imagen.

Rostros que a su vez y redundando en el medio, siempre parten de imagen de prensa, ya que en palabras de la autora:.. la imagen de prensa tiene lo que yo busco, blanco y negro, trama, inmediatez, contemporaneidad, y en el momento en que es aislada, encuadrada y descontextualizada, se carga de significado estético, expresivo, no ya informativo”.

Elena Poblete utiliza recursos más propios de la gráfica, como los elementos tipográficos o la imagen plana y sintética pero con una finalidad claramente artística, la mera contemplación, y con una finalidad claramente plástica, la experimentación con materiales. Trabajo minucioso, basado en una lenta y constante recopilación, en una manipulación también ardua, que reflejan una personalidad tenaz, obstinada y por qué no, obsesiva.