Descripción de la Exposición
El Museo Textil de Canadá presenta "Más allá de la desaparición maya", una exposición curada por Diego Ventura Puac-Coyoy, formada por más de 50 artistas y 140 obras en exhibición, misma que busca desmontar la idea de que los pueblos mayas de Guatemala son una civilización antigua y extinta. Este evento, que se extiende hasta el 8 de marzo de 2025, cuenta con un equipo curatorial compuesto por Armando Perla como planeador de interpretación, Julia Brucculieri en la gestión de exposiciones y Raven Spiratos en mediación y educación. Juntes, han creado un espacio que desafía y desarma la visión colonial de la historia maya y propone un recorrido que, a través de cinco núcleos temáticos, permite a les visitantes conocer cómo las comunidades mayas continúan resistiendo y evolucionando.
La exposición en el Museo Textil de Canadá se comenzó a trazar cuando Perla participó en una microresidencia en espacio/C, un espacio a cargo de Ventura Puac-Coyoy en Chichicastenango, Guatemala. Posterior a ello, fue nombrado curador en jefe del museo. Desde su nuevo rol, Armando ha buscado reformar la misión teórica y práctica del museo, identificando la necesidad de representar a y dialogar con la importante diáspora centroamericana y maya en Toronto. Esto dio lugar a Más allá de la desaparición maya la cual conecta los textiles de la colección del museo con piezas de la colección familiar Puac-Coyoy, ampliando la narrativa para conjugar las realidades y preocupaciones de la comunidad maya en Canadá. Así, el proyecto busca ser un intercambio significativo que refleje tanto las inquietudes de la diáspora como la perspectiva de la comunidad en Guatemala.
La exposición en el Museo Textil de Canadá destaca piezas históricas de los años ochentas y noventas junto a obras contemporáneas creadas a partir de 2010, explorando cómo la diáspora maya en Canadá, especialmente las primeras generaciones nacidas allí, navega temas de identidad, espiritualidad y conexión con el territorio. La muestra aborda la indumentaria, el idioma y la identidad para aproximarse a la adapatación de prácticas rituales en territorio canadiense, estableciendo relaciones espirituales y diplomáticas con las Primeras Naciones. Además, se profundiza en el valor de la autodeterminación, colaborando con consejos de ancianos y guías espirituales mayas en ciudades como Toronto y Montreal, que replican las estructuras ancestrales de las comunidades mayas en Guatemala. De esta forma, la exposición se convierte en un medio de diálogo cultural, permitiendo a les padres y abueles de la diáspora compartir con sus hijes y nietes aspectos de su herencia que parecen distantes.
La exposición Más allá de la desaparición maya desafía la perspectiva colonial que suele relegar la historia de los pueblos indígenas, incluyendo a los mayas, al pasado, ignorando la vitalidad y presencia de estas comunidades en la actualidad. Con el lema «La tierra no estaba vacía, siempre hemos estado aquí», Ventura Puac-Coyoy desafía el enfoque colonial que ha intentado borrar a la cultura maya, presentándola como una “civilización desaparecida”. «Esta exposición, comenta, busca reivindicar la existencia y resistencia de los mayas en Guatemala, quienes, a pesar de siglos de opresión y genocidio cultural, representamos el 43% de la población y mantenemos vivos sistemas económicos, políticos y culturales».
La espiritualidad ocupa un lugar central en la exposición, mostrando la importancia de los ajq’ijab’ o guías espirituales, que, a través del calendario sagrado cholq’ij, organizan la vida social, económica y política de la comunidad. Al exhibir objetos sagrados como el tzite’ y representar figuras míticas como Jun Batz, primer artista según la tradición maya, la muestra evidencia que las prácticas espirituales no son solo rituales religiosos, sino también un medio de preservación del conocimiento ancestral y una conexión profunda con el territorio y el cosmos. Este enfoque confronta el prejuicio colonial que considera las creencias indígenas como “arcaicas” y destaca su relevancia y vigencia en la actualidad.
Otro eje central de la exposición es la autodeterminación, que se presenta como un acto de resistencia frente a siglos de políticas de castellanización y discriminación. La representación de líderes indígenas y tierras comunales enfatiza la lucha de los mayas por sus derechos territoriales y culturales. Además, la sección de disidencias muestra cómo les artistas mayas han usado herramientas impuestas por el colonialismo, como el arte y la academia, para redefinir su identidad y desafiar estereotipos. Con un enfoque en identidades no heteronormativas y en el respeto por la naturaleza, la exposición transforma el acto de identificarse como indígena y con una identidad interseccional en una declaración de orgullo y resistencia cultural.
Uno de los momentos más emotivos de la exposición es el homenaje a Rosa Elena Curruchich, la primera pintora maya de Guatemala, cuya vida y obra reflejan la lucha de las mujeres mayas en una sociedad patriarcal. A través de sus pinturas, Curruchich representó escenas de la vida comunitaria, abordando temas como la educación, la política y la economía, con un enfoque en el papel de las mujeres en estas esferas. Debido a los valores patriarcales de la época, Curruchich se vio obligada a ocultar su arte y pintar en pequeño formato, transportando sus obras de manera clandestina para venderlas en la ciudad. Esta sección, que cuenta con diez de sus obras y barriletes creados por Tata Bartolo, líder espiritual de la diáspora maya en Canadá quien trascendió recientemente, demuestra cómo las mujeres mayas han resistido y dejado un legado artístico y cultural a pesar de las adversidades.
La curaduría de Diego Ventura Puac-Coyoy es un logro notable en sí mismo, ya que representa un avance en la museología indígena y centroamericana. «A diferencia de muchas exposiciones de arte indígena en las que curadores no indígenas “descubren” o “visibilizan” el arte de las comunidades originarias reduciéndolo a una categoría exótica y marginal, y limitándolo así a un rol decorativo y apolítico, como curador, ajq’ij [líder espiritual] y miembro activo de la comunidad maya k’iche, propongo una narrativa que toma en cuenta y respeta las voces y conocimientos de los ancianos y líderes comunitarios en diálogo con las Primeras Naciones de Canadá», comenta. Su proceso curatorial, que incluyó ceremonias y consultas espirituales tanto en Guatemala como en Tkaronto (Toronto), marca una forma curatorial de narrar las prácticas artísticas mayas que, al ser guiada por el respeto hacia la cosmovisión maya y el diálogo con otras comunidades indígenas, como la Confederación de las Seis Naciones del Gran Río, desafía las categorías homogeneizantes de “arte indígena” a partir de su especificidad.
Un aspecto crucial de la exposición es la diferencia en la manera de tratar los objetos en comparación con la visión museística tradicional de conservación. «Durante el montaje, como organizadores interactuamos con los objetos de forma cercana y respetuosa, como lo haríamos en comunidad: los manipulamos con cuidado, les pusimos música tradicional de Guatemala y les tratamos como extensiones de la vida cotidiana. En las comunidades indígenas, los objetos son más que simples bienes; representan ciclos de vida, ya que nos acompañan en actos tan básicos como vestirnos, alimentarnos o abrigarnos, y tienen un significado emocional y generacional. Este enfoque de respeto a la vida de los objetos y su desgaste natural desafía las prácticas de conservación rígida de los museos, que suelen priorizar la preservación a ultranza, lo cual, desde esta perspectiva, desconecta al objeto de su verdadero contexto cultural y simbólico», señala Ventura Puac-Coyoy.
La exposición se inauguró con una celebración maya, incluyendo un ritual-performance de Puac-Coyoy que simbolizaba la liberación de un ancestro maya representado en un objeto custodiado en el Museo Gardiner. La ceremonia continuó con la apertura del espacio mediante el uso de tabaco sagrado por parte del guía anishinaabe Dr. Jerry Fontaine, y una ceremonia maya a cargo del Tat Víctor López. Con la marimba ceremonial del grupo Xumakte y la degustación de chocolate de Quetzaltenango y pan tradicional de Xelajú, la apertura fue una mezcla de tradición y resistencia cultural, un recordatorio de que la cultura maya sigue viva.
En última instancia, Más allá de la desaparición maya no solo es una exposición de arte, sino también una declaración política y cultural. Los pueblos mayas continúan existiendo y resistiendo a las narrativas coloniales que los consideran un vestigio del pasado. Esta exposición invita a les visitantes a cuestionar esas narrativas y a reconocer la vigencia y riqueza de las culturas indígenas. A través de la historia, el arte y la espiritualidad, Más allá de la desaparición maya ofrece una visión de los pueblos mayas que va más allá de los estereotipos y las representaciones exóticas, reivindicando su lugar en el presente y su derecho a un futuro construido desde su propia perspectiva.
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España