Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Marino Marini es uno de esos grandes artistas del siglo XX sin el que no podríamos entender la evolución del arte en nuestros días, siendo su influencia esencial y definitiva para los escultores de los siglos XX y XXI. Su carrera artística se inició tempranamente y fue siempre muy intensa, participando en bienales como la de Venecia, en ferias de arte internacionales y con grandes exposiciones antológicas y colectivas en todo el mundo como en el MOMA de Nueva York. El reconocimiento internacional de Marino Marini se debe principalmente a sus esculturas, en las que representa a caballos y a jinetes, a la figura mitológica de la Pomona, o gracias a retratos de sus amigos, en ocasiones grandes artistas como Marc Chagall o Jean Arp. Heredero de la tradición etrusca, en sus esculturas está latente la huella de siglos de mitología. Tal vez nacer en la Toscana, cuna de los etruscos desde el siglo VI A.c., fue lo que definió su estilo de una forma más fuerte. Igualmente beber de las fuentes del Renacimiento italiano y de los grandes representantes de la escultura a lo largo de los siglos influyeron en él definitivamente, quedando sus obras inundadas por una explosión de sencillez que definen la tradición de la sobriedad y de la modernidad. Como si de un artista renacentista se tratará, Marino Marini, encuentra su lugar en el arte gracias a la diversidad de registros en su trabajo. Aunque para el gran público sea más conocido en su faceta de escultor no podemos olvidarnos del importante papel que juegan la pintura y el dibujo en su dilatada carrera. En esta exposición antológica, la primera que tiene lugar en nuestro país, se ha logrado crear una yuxtaposición de piezas que nos muestran todos esos lenguajes artísticos que el maestro dominó. Será a través de estas setenta y cinco obras (esculturas, pinturas, dibujos) como mejor nos adentremos en la auténtica personalidad creativa de Marini. Si analizamos sus magníficos dibujos estamos ante un maestro capaz de dominar las líneas y expresar en ellos un cosmos de cuerpos sensuales acompañados por un sentimiento de intimidad gracias a un trazo firme y puro. Sus óleos, están inundados por los colores del mediterráneo, son pigmentos de tonalidades fuertes que nos acercan a la tradición romana y nos hacen sentirnos más cerca de los ritos paganos y de los dioses de la estética clásica. Pero son sus esculturas las que le convierten en un maestro de la Historia del Arte. Son sus figuras, las de los Caballos, los Caballeros, las Pomonas... las que le darán a conocerse internacionalmente. Son esas figuras complejas e imponentes llenas de carga simbólica las que sintetizan de una forma audaz toda su producción. Sus esculturas bien podrían pertenecer a otros tiempos, pero no, son obras del siglo XX. Mientras que sus contemporáneos buscaban nuevos estilos, Marini fue capaz de reinterpretar la inquietud del propio tiempo. El maestro se empapó de las imágenes que durante generaciones su pueblo fue aceptando. Son imágenes de guerreros, que son el reflejo de la decadencia de la sociedad. Con sus esculturas de Caballos y Caballeros, Marini expresa como el hombre sigue teniendo las mismas pulsiones que siglos atrás. La guerra, la fuerza, el bestiario humano, son vitales para el hombre. Como si de un historiador se tratara, el artista hace una interpretación de la historia que condensa valores muy distintos. Los temas de sus obras son por tanto en apariencia sencillos, caballos y caballeros, pero transluce una esencia compleja, la de la evolución del hombre. Otra de las figuras que reinventa incesantemente en sus piezas es la de la Pomona. Si el Caballo y el Caballero son la imagen de la guerra, de la lucha por el poder entre los hombres, la Pomona es una temática marcadamente femenina. La redondez de este mito romano le permite explorar el volumen compacto sin dejar de lado el significado intrínseco de esta personificación de la fertilidad. Por que la Pomona es eso, es diosa de la fruta, y por extensión de los árboles frutales, de los jardines y las huertas. A diferencia de otras diosas que tenían su versión griega, la Pomona es únicamente romana. No sólo eso, la divinidad era célebre por rechazar a los hombres, sólo le interesaban los jardines y los campos cuidados, detestando la naturaleza salvaje. ¿Y que hay más salvaje que un guerrero? De nuevo está latente la esencia humana, la Pomona y el Caballero son dos caras de una misma realidad: la del ser humano. La Pomona representa a la mujer, la fuerza del campo, la riqueza de la naturaleza que rechaza la brutalidad, y eso es el Caballero, la fuerza del mal, la guerra, la destrucción ¿y que significaría entonces el Caballo? Para Marino sería la fuerza animal, el instinto, el animal domado y a su vez libre e independiente. Por último, los Miracolos o Milagros, unas obras imponentes con un contenido existencialista que va más allá de la fe. Es a través precisamente de esas piezas rotundas y concretas con las que Marino muestra su esperanza de que tal vez la humanidad deje de lado la brutalidad para entregarse a la razón, como siguiendo las ideas del filosofo Jean- Jacques Rousseau cuando sentenció «El hombre es bueno por naturaleza». Las obras de Marino Marini son eso, un estudio de la vida, ubicándonos en el tiempo y en el espacio, desde el instinto del animal, a la belleza de la naturaleza sin olvidarse de la inestabilidad del hombre. Unas reflexiones e interpretaciones que nos centran en la realidad del ser más allá de las convicciones. Marino Marini Marino Marini nace en Pistoia (Italia) en 1901.En Florencia asiste a cursos de pintura y de escultura en la Academia de Bellas Artes. Será en el año 1929 cuando se le concede la cátedra de escultura en la Escuela de Arte de Monza y en 1940 en la Academia de Brera. Durante este período de docencia realiza frecuentes viajes al extranjero que le permiten entrar en contacto con el panorama artístico internacional.Fuera de Italia aprende de sus contemporáneos, que contribuyen a profundizar y a enriquecer sus estudios de investigación, aunque 'es necesario regresar a la Toscana con frecuencia', dijo Marino,' porque es la arquitectura de nosotros mismos. Siempre encontramos una precisión absoluta, que es el alma. ' Su carrera artística se inició tempranamente y fue siempre muy intensa, participando en bienales como la de Venecia, en ferias de arte internacionales y con grandes exposiciones antológicas y colectivas en todo el mundo como en el MOMA de Nueva York. El reconocimiento internacional de Marino Marini se debe principalmente a sus esculturas, en las que representa a caballos y a jinetes, a la figura mitológica de la Pomona, o gracias a retratos de sus amigos, en ocasiones grandes artistas como Marc Chagall o Jean Arp. Su faceta como pintor es igual de importante realizando numerosas exposiciones mostrando únicamente parte de su producción artística a través de sus dibujos y óleos. Actualmente sus obras pueden verse en los principales museos y las mayores colecciones del mundo. Una obra en gran parte desconocida y que por primera vez se puede ver en conjunto, gracias a La Fundación MARINO MARINI, podrá visitarse hasta el 28 de agosto en la Sala Municipal de Exposiciones del Museo de Pasión de Valladolid.
La Sala Municipal de Exposiciones del Museo de Pasión de Valladolid, presentará durante todo el verano una exposición antológica del gran escultor italiano MARINO MARINI (1901-1980) La muestra se presenta gracias a la colaboración de la Fundación Marino Marini de Italia.