Tercera individual de la artista en esta galería, se compone de una serie de retratos en vídeo y una videoinstalación en los que Núñez indaga en la identidad del ser humano contemporáneo que, lejos de pertenecer a un entorno estable, se ve sometido a constantes alteraciones. En el siglo XXI, el individuo tiene que adaptarse continuamente a nuevos condicionamientos, a nuevos entornos y situaciones que exigen que su constitución sea flexible, múltiple y capaz de transformarse para subsistir. Muchos de estos cambios proceden en gran medida del influjo tecnológico, lo que lleva a Marina Núñez a reflexionar sobre la incidencia de la tecnología en el hombre, que termina viéndose transformado por su propia creación.