Suave oscila la niebla en los bosques Balineses cuando despiertas por la mañana, todo hinchado de rocío.

Despierta el día con las niñas yendo al colegio, los adultos al trabajo en ciclomotor y las amas de casa poniendo ofrendas florales a sus dioses.

Se acelera la mañana, salen de clase a las 12, las mujeres van al templo, los patos a la charca, los campesinos a plantar arroz.

Llega la tarde, el mundo parece pararse, el agua brota, la luz mengua, la gente se relaja, juega, disfruta, los turistas asolan la isla en busca de un lugar donde cenar, un último momento de sol antes del atardecer.

Hermoso atardecer, bello como el cielo en un cuadro del renacimiento, los ... tostados parecen más tostados, los ocres más ocres, los marrones más marrones.

El mundo se ha parado, ha caído la noche, todo duerme menos el mono, éste, despierta en la noche, baja de la selva para entrar en el mundo de los humanos, se cuela en sus fincas, se come su sustento.

Bajad la voz, no ahuyentéis al mono o se pondrá a gritar y despertará a los demás turistas.

Tened respeto por los corales vivos, no los arranquéis, tened respeto por los peces, no los ahuyentéis.

No compréis cosas a los niños que os agobian por la calle, solo cuando entréis en la plaza, cuando todos estén juntos porque será la única forma de que os dejen en paz. Mentira, no te dejan en paz igual, si compras te acosan porque tienes dinero y saben que te dan pena, sino también para que lo hagas.

Los adultos utilizan a los niños para ganar un poco de dinero pero los niños luego no ven gratificaciones por ello.

Llega la mañana, con su rocío, la niebla sube por las colinas, las aves despiertan, las arañas comienzan a tejer de nuevo, las flores se abren, es un nuevo día en Indonesia, tierra de riquezas infinitas sin explotar, sin que el hombre pueda vivir de ellas.