La muestra explora las proximidades formales y conceptuales entre la cartografía, la arquitectura, el diseño y la escultura, entendiendo estas disciplinas como sistemas de signos cercanos. Orientada por las lógicas de la traducción, se plantea la idea del mapa como un código gráfico aplicable fuera de los límites del territorio geográfico. Las piezas son permeables al contexto de donde surgen, relacionándose con situaciones propias del territorio cultural al que pertenecen. Las referencias que incluyen van desde los perfiles andinos trazados por Caldas en el siglo XIX, hasta la arquitectura de Rogelio Salmona, figura de la modernidad arquitectónica del continente. De esta manera, la obra provoca la lectura crítica e imaginativa de la cartografía, y por extensión de la geografía del territorio que describen. Es utilizada así como estrategia para abordar cuestionamientos al uso de los recursos naturales y el urbanismo de inclusión social.