Descripción de la Exposición Mal de altura o mal de montaña, es la expresión por la que comúnmente se conoce al trastorno sufrido por el organismo debido a la falta de presión atmosférica que se da a gran altitud; hasta que el cuerpo humano se acostumbra a estas condiciones adversas y se supera así mismo. Algunos de los síntomas de este mal son la aparición de mareos, dolores de cabeza, desorientación, confusión, descoordinación, indiferencia, insomnio... recursos de la montaña para poner a prueba a quien se atreva a desafiarla. Para evitar su aparición es recomendable estar en buena forma física, ascender lenta y progresivamente, llevar el menor peso posible a la espalda, no gastar fuerzas en vano, cobijarse en un buen refugio, ir siempre acompañado y lo más importante estar motivado. En esta exposición que presento en la Sala de Arte del Paraninfo, convierto al pintor en alpinista, estableciendo un símil entre las reacciones del mal de altura que sufre un escalador y los obstáculos que debe superar un artista, en este caso un pintor. El trabajo plástico es una tarea tan ardua como escalar una montaña, y no sólo en estos momentos, pues el creador, ya sea literato, escultor, cineasta o pintor ha vivido siempre en una permanente crisis, no sólo financiera, sino en la mayoría de los casos vital. La creación artística se asemeja a la escalada de cualquier ocho mil, mareos a causa de la inestabilidad, vértigo debido a la incertidumbre, confusiones respecto al trabajo y en muchas ocasiones dolores de cabeza por otros tantos motivos. Sin embargo, el alpinista y el artista, comparten un objetivo final, coronar la montaña, a base de tesón, pasión, perseverancia, motivación, y sobretodo fé y convicción, es necesario creer en el camino y sobretodo en la meta para poder llegar ella. Partiendo de una serie de obras anteriores, vinculadas a la figura de la montaña, no sólo como referencia formal sino también vital, planteo un recorrido pictórico por los diferentes síntomas provocados por lo que podríamos llamar 'mal de la pintura'. Presento mi refugio, mis sherpas, mis compañeros, mi equipaje, voy describiendo lo que me encuentro en el camino, haciendo al público partícipe de mi recorrido y cómplice de todo el proyecto, pues es el espectador quien marca el final del recorrido, cerrando el círculo que se inicia con el trabajo del taller y culmina en esta exposición, se convierte sin saberlo en la cima de la gran montaña.