Descripción de la Exposición
Esta histórica exposición fotográfica ha sido sin duda una de las muestras más importantes en toda la historia de la fotografía. Fue la primera exposición colectiva de la Agencia Magnum, y constituye un auténtico tesoro de imágenes correspondientes a los albores de la Agencia Mágnum, que podemos disfrutar por primera vez en España, medio siglo después.
La exposición de extraordinarias fotografías en blanco y negro, está constituida por 83 copias vintage de altísima calidad, realizadas de modo artesanal en cuarto oscuro en 1955 a partir de negativos originales de imágenes captadas por ocho legendarios fotógrafos de la Agencia Magnum: Werner Bischof, Henri Cartier-Bresson, Robert Capa, Ernst Haas, Erich Lessing, Jean Marquis, Inge Morath y Marc Riboud. El tema principal fue humanismo fotográfico - la gente y sus espacios de vida, sin sensacionalismo realizadas por estos maestros de la fotografía comprometidos todos ellos y que creían en la educación y la cultura como la manera mas adecuada para mejorar el mundo en este caso a través de documentación fotográfica. Se pensaba que la primera exposición de obras de fotógrafos de Magnum fue la que tuvo lugar durante la Photokina Köln de 1956 con L. Fritz Gruber como curator, pero el reciente hallazgo de este gran legado visual permite afirmar con rotundidad que esta muestra fue esta la primera exhibición de fotografías de la Agencia Magnum celebrada en el mundo, con todo lo que ello conlleva.
Se trata de ocho reportajes fotoperiodísticos claramente la crème de la crème de los mejores de todos los tiempos, dándose además la circunstancia de que pertenecen a una época gloriosa de la historia de la fotografía en la que coexisten las cámaras telemétricas Leica y Contax con sus ópticas fabricadas sin compromisos y la fuerza emergente de Nikon, que con sus soberbias rangefinders Nippon Kogaku en gran medida ha alcanzado desde 1950 ( y a veces incluso superado en la calidad de algunas de sus ópticas, tal y como se demostró en la Guerra de Korea) el nivel cualitativo de las cámaras fotográficas y objetivos alemanes, los claros dominadores de la industria fotográfica del formato 35 mm desde la invención de la Leica Ur por Oskar Barnack en 1913 y la consolidación del standard a partir de la Feria Fotográfica de Leipzig de 1925, algo que continuará hasta aproximadamente finales de los años cincuenta en que Nikon toma el mando de la industria fotográfica mundial con el modelo SLR Nikon F de 1959.
Se trata pues, de fotoperiodismo diacrónico referencial del máximo nivel, realizado por grandísimos fotógrafos de merecida fama universal, que supieron comprender desde un principio el tremendo poder de las imágenes generadas por ellos mismos con su mirada fotográfica, la captación de momentos especiales, la proximidad a la acción, la empatía previa durante meses y frecuentemente años con las personas a las que iban a fotografiar y un largo etcétera, sin olvidar su maestría utilizando las míticas cámaras de visor directo Leica y Contax (con sus soberbias ópticas de la época que obtenían y obtienen una fabulosa estética vintage al positivar en papel, pese a que su poder de resolución y nitidez era inferior a los objetivos high end actuales y a pesar de que las películas químicas de blanco y negro de los años cincuenta presentaban unos niveles de grano apreciablemente mayores que las modernas emulsiones de blanco y negro de tecnología superavanzada) así como algunas Rolleiflex de formato medio 6 x 6 utilizadas por este colosal elenco de fotógrafos de la Agencia Magnum, que dedicaron su vida a intentar conseguir las mejores imágenes posibles.
Estas imágenes son atemporales, precisamente porque los primeros fotógrafos de Magnum se tomaron su tiempo a la vez que trabajaban. La luz pinta sus escenas callejeras, sus imágenes cotidianas y sus retratos. Henri Cartier-Bresson dijo en una ocasión, Una buena fotografía es una fotografía que consigue que uno la mire durante más de un segundo. Estas fotografías del primer Magnum son mejores.