Posiblemente la energía de los colores sea lo más significativo de un país como la India. Su identidad cromática es el distintivo más llamativo de un concepto, de un país o de una marca. Pero este país es mucho más. Su vida cotidiana es un bucle de emociones infinitas. Todo se repite y todo acaba, pero pervive en el tiempo porque es una experiencia continua.
Desde la primera toma de contacto con el país, las imágenes “preconcebidas” chocan con la realidad. Carros, motocarros, tractores y un enjambre de motocicletas están transformando la movilidad de un país. Una conducción aparentemente sin reglas, pero relativamente tranquila, también nos sirve para apreciar la belleza de toda clase de climas, religiones y escenarios. El teatro de la vida cotidiana atrapa a todo el que se acerca.Templos, selvas o desiertos tienen su sitio en este gran escenario de emociones y sensaciones. Puede ser en la...parte vieja de Kochi o en los sinuosos caminos de Trivandrum; puede ser bajo la protección de Diosa Kumari o junto a las cenizas de Gandhi en Kovalan… El lugar no es tan importante, pero hay que llegar hasta allí y esa es la verdadera experiencia.
Calcuta, Delhi, Mombay son mucho más que nombres. Son referencia de una manera de entender el mundo y algunos episodios de la historia más cercana. Es la India del Raj, que todos hemos sentido cerca gracias a los libros de Kipling, pero con sensaciones del siglo XXI.
Exposición de fotografías de Pedro Madera. Venta de fotografías en favor de los proyectos de la Fundación Vicente Ferrer.
Además de esta exposición fotográfica, no te puedes perder el completo programa de actividades sobre nuestro Especial de la India:
Entrada actualizada el el 23 jun de 2016
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