El secreto en la pintura de Macchiavelli involucra la “forma” especialmente: desplaza la preocupación de su hacer desde el tema –más allá de si se parece a algo del mundo real o no- al “modo en que hace”. Alberto Osvaldo Macchiavelli en su obra enmudece el contenido para protagonizar la forma: hace hablar al color especialmente, a su disposición sobre la tela y, en oportunidades, a cierta inadecuación que genera diversificar la posición del espectador frente a ella. Lo anodino de su asunto, la clara conciencia de su pensamiento crítico social y su desbordante talento para la representación (lo que en Semiótica llamamos “poder sin esfuerzo alcanzar un alto nivel icónico”), lleva a la mirada del fruidor inquieto a desplazar su interés hacia la manera en que se expresa el artista: el uso selectivo y obsesivo del color, la composición de una geometría sensible -al decir de Rafael Sendra...(1990)-, la propuesta simultanea de diversos lugares perceptivos para una misma escena de la vida cotidiana, ya sea paisaje, urbano o ribereño, retratos o bodegones, en todos ellos se respira una humanidad contenida, un señalamiento mudo, un suceso imprescindible para el alma.
Alberto Osvaldo Macchiavelli (Rosario, 1936-2010). Desde 1957 desarrolló su profesión en el campo del diseño gráfico y la ilustración. En 1966 ingresó en la Escuela Provincial de Bellas Artes de Rosario y estudió en taller “Diez 43” junto a Elizalde y Mijalichen. En 1976 se une al Grupo Rosario, el cual se disolvió en 1981. Participó de exposiciones individuales y colectivas nacionales e internacionales. Fue galardonado en diversas oportunidades como artista destacado por su trayectoria y recibió numerosos premios en salones nacionales.
Entrada actualizada el el 06 ago de 2015
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