Hay algo mágico en lo que pinta María José Leira. En esa su personalísima visión del mundo, en esa manera de mirar que tiene ella... Sus cuadros hacen posible retornar a todo cuanto uno, con los años, fue perdiendo... sin haberlo poseído, quizás, jamás... En su obra, que siempre tiene algo de onírico, y por supuesto de trascendente... En esos cuadros pintados con la materia de los sueños...los sueños, cuando son como los que tienen los cuadros de María José por espejo, forman parte de una realidad bastante más importante que la que perciben los sentidos, que esa que está encadenada a las leyes de la física y que forma parte de las certezas. Los sueños habitan la más elevada de cuantas realidades existen en el mundo, que es la realidad poética. Por eso son, como los cuadros de María José, la invitación al más hermoso de los viajes: las ventanas y las puertas abiertas al misterio.