Descripción de la Exposición
La representación de la mujer en la obra de Luis Seoane constituye uno de los temas más reconocibles en su trabajo: desde las numerosas campesinas que reflejan la cotidianeidad de los oficios y costumbres tradicionales al simbolismo de la Mater Galleciae, Seoane utiliza la figura femenina como campo de experimentación artística y como personificación de un pueblo y de unas características culturales a las que el artista gallego hace referencia constante desde sus inicios, siendo uno de sus iconos más reconocibles. Luis Seoane. Arquitectura del deseo ofrece ahora una visión inédita de la obra del pintor gracias a una nueva lectura de sus óleos, dibujos y grabados que analiza la representación de la figura femenina como objeto de deseo a través de los numerosos desnudos que realizará desde la década de los cuarenta hasta finales de los años setenta. Un ciclo que se inicia en su obra pictórica con Desnudo sentado a finales de los años 40, en el que vemos una mujer de medio perfil, con el torso desnudo y una tela que cubre su regazo, y que se cierra en 1978, un año antes de su fallecimiento, con un óleo del mismo título en el que el desnudo es frontal y más esquemático, prueba de la evolución de Seoane desde la figuración inicial a la abstracción de los años cincuenta y sesenta, que irá abandonando en sus últimas obras. Pero la evolución no es únicamente formal: en el óleo de 1948 la figura coincide con las maternidades de Colmeiro, Laxeiro, de Díaz Pardo, de Souto o de Maside. "Los artistas continúan representando la mujer gallega o la virgen cristiana como un símbolo estático en el que cobra significado la propia Galicia", dirá en 1964 en sus crónicas radiales. También para Seoane la mujer gallega representó la figura de quien resiste, de quien queda. Sin embargo, en sus últimos desnudos, la actitud es más frontal, más desafiante, más erótica.
En lo que respecta a los dibujos, Seoane muestra tanto la intimidad de sus protagonistas ( Muchacha peinándose, 1952) como representa figuras enigmáticas con toques surrealistas ( Torres de Amor, 1942) que dan la espalda al espectador. En la exposición se recogen varias de estas últimas, que combinan una cuidada disposición de las figuras que las protagonizan con el carácter enigmático que emana del hecho de que son imágenes sin rostro. Es en este punto en el que se establece una coincidencia con la obra de Julião Sarmento, en la que la figura femenina, constante en la obra de ambos artistas, es una figura de la que desconocemos su identidad. La mujer representada da cuerpo y forma a todas las mujeres del mundo, y en ambos casos, encarna una arquitectura del deseo, un deseo que, según David Barro "como el hogar, nunca resulta saciado porque, si esto acontece, ya no es deseo". Así, nos recuerda esa premisa beckettiana que dice que la casa es una forma increíble de exilio porque el encuadre de la memoria no deja de ser un fragmento incompleto. Si en Luis Seoane esa casa, ese retorno con forma de deseo, es la figura de la mujer y su memoria, para Julião Sarmento ese deseo también se sitúa en lo que se nos escapa, en el gesto que resulta imposible capturar, en la arquitectura del deseo.
Exposición. 13 dic de 2024 - 04 may de 2025 / CAAC - Centro Andaluz de Arte Contemporáneo / Sevilla, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España