De crear, crear algo vivo 'parece decir el artista', aunque corramos el riesgo de que las figuras nos invadan por su tamaño, por su proximidad, por su fuerza vital...

Afortunadamente, esos enormes personajes pintados por Luis Burgos van ganando en aplomo con el paso del tiempo, envejecen bien, cada vez son más sabios y nos miran, en ocasiones desafiantes, ante cualquier pregunta que podamos plantearles. Las respuestas suelen ser tan directas que determinadas personas no soportan esa presencia. En el cuadro 'dos dimensiones', el o los protagonistas adquieren tal volumen, tal corporeidad, que pasan a ser alguien más del lugar en que nos encontremos. Están tan vivos como nosotros, o quizá más, porque permanecen, son perennes, en tanto que nosotros vamos pasando.

La ... expresividad de sus obras se debe tanto al color como a las propias formas de los personajes. Los diferentes tonos van creando ambiente, atmósfera, con sus luces y sus sombras, con sus veladuras, realzando el sentimiento de las figuras. Papel especial juegan las excelentes carnaciones. No obstante, son los ojos, como ventanas del alma, los que destacan sobre todo lo demás. El poder de la mirada hace palidecer hasta el más fuerte colorido.