Descripción de la Exposición Difícil tarea la de representar el alma femenina, máxime cuando su autor pretende aunar en una única mujer la variedad de sentimientos y emociones que simbolicen la esencia de este ser. Sin afán de ser trasgresor, José Manuel Feito se apoya sin miedo, en una concepción clásica del desnudo para intentar ahondar en un lenguaje personal que le lleve a resaltar la humanidad de la figura y así tratar de mostrar los rasgos que según él, la definen como son: la fuerza, la resignación, el sacrificio o el afán de superación. Rasgos que dejan en evidencia la vulnerabilidad y las limitaciones del ser humano. La figura proyecta su propia luz e infunde una tensión dramática que unifica toda la obra. La presencia constante de la soledad, la serenidad y la esperanza son a la vez el testimonio del enigma del alma humana. La mirada del fotógrafo se posa sobre el cuerpo tatuado de una mujer testigo de su tiempo, para desarrollar su planteamiento estético y acercarnos a una realidad actual. El potencial expresivo de las imágenes no radica en el valor documental que puedan aportar los tatuajes, pues no son más que meras huellas que nos remiten a una dimensión temporal. El verdadero significado reside en la riqueza de valores que generan las formas y texturas del cuerpo, para expresar los estados de ánimo del sujeto. El pensamiento del autor se revela, a su vez, como un elemento diferenciador, pues huye de falsear la realidad y presenta el cuerpo tal y como es en un momento determinado. Utiliza para ello un fondo neutro, lo que nos obliga a centrarnos en la imagen y cuestionarnos si somos capaces de traspasar esa segunda piel que adorna su cuerpo y percibir el grado de identificación que tenemos con la mujer que muestra su desnudez ante nosotros. Es precisamente ahí, donde habita la esencia. La serie Luces del alma desnuda se fundamenta en un juego de dualidades que a su vez forman una unidad indivisible propia del ser humano. Cuerpo y alma, lo interno y lo externo, lo visible y lo invisible están latentes en cada una de las fotografías. Remarcadas por el uso de fuertes luces laterales que pronuncian el claroscuro, el desnudo surge en escena con fuerza, en un espacio en el que se ve limitado y que no tiene otra función que la de intensificar la necesidad de liberarse de las ataduras que le impone la vida. Sin apenas desvelarnos el rostro, pues no interesa la identificación personal, son las líneas que dibuja el cuerpo con amplios y convulsos movimientos las que expresan inquietud, miedo, valor u osadía. Además se hacen presentes las que proyectan una sensación de serenidad más propia de la resignación o del sacrificio incluso. Todas ellas responden a la dialéctica contención-tensión que aportan a la obra su contenido lírico y una coherencia unitaria. Unas nos remiten a las afecciones del alma, otras a un universo más íntimo y sensual. Esta cadencia bien ritmada refuerza el punto de vista del fotógrafo que desea transmitir tanto una armonía compositiva, como interpelar al espectador desde el sentir y no desde la mera apariencia formal. Al hilo de esta reflexión sobre el trabajo de José Manuel Feito y su empeño en hacer visible lo invisible del universo femenino, con las dificultades que entraña, debo resaltar la honestidad y el rigor que guían su proyecto por ofrecer una visión estética personal. Su propuesta no deja de ser atrevida, sobre todo, al incidir en la esencia y tratar de plasmarlo en imágenes. Sin gestos estridentes, nos presenta una obra tramada por el equilibrio de lo emotivo y su obsesión por la investigación sobre el lenguaje visual. Un punto de vista personal que le ha servido para sustentar su proceso creador, a partir del cual se ha planteado propuestas más ambiciosas, basadas en la reflexión y en una unidad temática.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España