La carrera artística de Luca Alinari ha sido un crescendo en la afirmación de sus logros desde su primera exposición en Florencia en la galería Inquadrature. Continuó desde entonces exponiendo en importantes galerías italianas con una aceptación cada vez mayor por parte de la crítica, el público y los coleccionistas, que culmina con su participación en la Bienal de Venecia de 1982 y en la Quadriennale de Roma de 1986.

El elemento fundamental de su pintura es la ausencia total de perspectiva. Su obra nos remite a la imaginación de la infancia, a un mundo onírico marcado por la fantasía y el lirismo. Sus cuadros, auténticas fábulas que se desarrollan en paisajes toscanos, se caracterizan por la vivacidad, los intensos colores y la sustitución de las palabras por signos figurativos casi arquetípicos. La locura pop, la pintura clásica de Leonardo ... o Modigliani, y el derroche de fantasía, son elementos recurrentes en su obra.

Entre otras muchas muestras públicas y privadas, tanto en Italia como fuera de ella, destacan las realizadas en la Sala de Armas del Palazzo Vecchio de Florencia, la del Palazzo Lanfranchi en Matera, el Palazzo Reale de Milán, el Museo de Arte Contemporáneo Villa Croce de Génova, la Tour Fromage en Aosta, el Palazzo Medici Riccardi de Florencia, la Galería Adler de París, la Biblioteca Municipal Santa Maria da Feria en Oporto, el Museo de Alicante, la Librería Nacional Universitaria de Turín, el Museo Arqueológico Nacional de Florencia, el Castel dell'Ovo de Nápoles, el Museo de la República de San Marino, el Museo de Antigüedades de Turín, la Galleria Civica d'Arte Moderna de Espoleto...

En 1999 el Museo degli Uffizi adquirió un autorretrato suyo, destinándolo a la colección de 'Autorretratos de artistas' y puede verse en el Corridoio Vasariano, la colección más importante de esta temática en el mundo.

En el 2008 el Art Today Museum de Pekín realizó una exposición individual de su obra.