La obra que presento en la galería Milagros Delicado bajo el título Los Pobladores De Las Arenas es un canto a la infancia vivida en el coto de Doñana: mi padre carbonero de profesión en aquellos tiempos, mi madre cocinando en las chozas de adobe y cañizo, más tarde en la aldea de Bodegones, de mis recuerdos en Los Cabezudos, de las grandes extensiones de bosques de eucaliptos, de la berrea, de jugar con los renacuajos, de cómo corría por tener cerca a los linces, o pasar las tardes mirando a los flamencos.

Esta exposición son recuerdos de esta fauna que me rodeaba cada día hasta los trece años, un resumen pequeño, como los detalles de una vida, oliendo a carbón, esas grandes meriendas en los madroños, salvaje como la fauna que represento aquí. Es un viaje introspectivo, una vuelta ... a casa. Anque sus gentes no están representadas como tales, para mi están en mis trazos, en mi forma de recordar y de llevar a cabo este trabajo.

Sí, un cante hondo como si Manuel Torres estuviera cogiendo con su voz mi mano y hiciera real y posible este trabajo, una nana que intento mecer con mis tintas, con mis gestos en apariencia tranquilos y controlados, pero que en realidad son salvajes e indomables.

Xan Medina 1965. Comenzó su formación artística en el mundo del rock, que -como lo caracterizó Dan Graham- era ya una religión de rebeldía y de protesta contra el sufrimiento del mundo. A partir de la música rock y también a partir de la estética airada del cómic, Medina empezó a pintar a los 26 años, introduciéndose poco a poco en el mundo del dibujo y de la pintura para alcanzar su plena formación como pintor.

No es de extrañar que la pintura de Medina se mueva dentro de una tradición expresionista, pues la suya ya era una educación estética plenamente integrada dentro de la cultura de la protesta. Hablar de la obra de este creador es hablar de delincuencia visual, de iluminación del sufrimiento.

Medina investiga en la red para conseguir las imágenes que le interesan, y sacarlas de su contexto. Sus mundos son muy dispares, muerte, lo grotesco, la tragicomedia, los infantes, el sexo o su Doñana donde nació. Como lo definió el propio artista, 'las miserias y virtudes del ser humano es lo que hace que mis pinceladas se muevan en los soportes que utilizo.'

Inquietantes, sí, a veces angustiosas, como la vida misma, es lo que tienen las obras de Xan Medina, que no dejan indiferente a nadie.

Medina ha expuesto en todo el mundo: Europa, Estados Unidos, Canadá, Australia, Asia.