Descripción de la Exposición Takeshi Shikama (n. 1948) llegó tardíamente a la fotografía, tras una sobresaliente carrera como diseñador. Para realizar este determinante cambio de trayectoria, fue necesario que se encontrara en una situación insospechada. Cansado del tumulto de Tokio, decidió instalarse con su esposa en una casita de madera construida por él mismo en las proximidades de un bosque situado a unas dos horas al noreste de la megalópolis. Talar árboles le impresionó profundamente y le permitió comprender una ancestral creencia japonesa: durante siglos se veneró a los árboles como divinidades que contenían el corazón y el alma de los humanos. Desde entonces, Shikama ha consagrado la mayor parte de su vida a fotografiar el bosque -los bosques- transportando e instalando en ellos su pesada cámara de gran formato y dejándose guiar por los murmullos de un mundo fuera del mundo, lo que él denomina «respiración silenciosa». Si durante mucho tiempo su país de origen fue su territorio predilecto, posteriormente Shikama optó por ampliar su campo de investigación y confrontar su mirada no solo a los parques naturales del Oeste americano, ya se tratara de Yosemite o los de la costa pacífica, sino también a ese «bosque urbano» que es el Central Park de Nueva York o, más recientemente, al Jardín del Luxemburgo, en pleno corazón de París. Para Shikama la captura de la imagen es la fase inicial que conduce al auténtico objeto fotográfico y, por ello, concede una importancia y un cuidado particulares a todas las etapas del proceso que lo guiarán hasta el resultado final. Al optar por la cámara de gran formato, privilegia la riqueza de detalles que ofrece el negativo de gran formato y, de la misma manera, también prefiere positivar en platino-paladio con el fin de dotar de cuerpo los matices más sutiles registrados en la película. Llevando cada vez más lejos su ansia de perfección y su deseo de conseguir una armonía ideal entre la imagen y su soporte, recientemente ha realizado pruebas sobre un papel tradicional japonés, el Gampi, que se fabrica de manera artesanal y que él mismo imprima con emulsión de platino. Los resultados son asombrosos: la imagen final parece vibrar en suspensión, profunda y, paradójicamente, infinitamente ligera. Por muchos aspectos, la obra de Takeshi Shikama es atemporal y consigue reunir oriente y occidente. Impregnadas de la tradición pictórica de Extremo Oriente, sus imágenes llenas de serenidad invitan a la contemplación, incluso a la meditación, al tiempo que hacen referencia constante a la historia de la fotografía paisajística europea y norteamericana, en particular a la de los pioneros del siglo XIX, de Carleton Watkins a Eadweard Muybridge, pasando por Roger Fenton, Charles Nègre e incluso Eugène Atget. En el 2013, Takeshi Shikama recibió el primer premio de la beca Jon Schueler, lo que le permitió pasar este verano trabajando como artista en residencia en Sabhal Mor Ostaig, el Centro Nacional de la Lengua, la Cultura y las Artes Gaélicas en la Isla de Skye (Escocia). En octubre y noviembre, invitado por el MAC, pasará tres semanas en Galicia fotografiando paisajes, en particular los bosques autóctonos. Las imágenes resultantes se incluirán en la exposición retrospectiva del autor que acogerá el MAC en mayo de 2014.
Exposición. 30 nov de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Guggenheim Bilbao / Bilbao, Vizcaya, España
Paul Pfeiffer. Prólogo de la historia del nacimiento de la libertad
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España