Descripción de la Exposición
Cuenta David Hockney que en cierta ocasión, cuando contemplaban el horizonte a la orilla del mar en Bridlington, que su hermana le dijo: A veces pienso que el espacio es Dios. Es una idea muy hermosa y poética, escribía el pintor, a lo que habría que añadir que también es algo misterioso y fascinante, mucho más que el lugar en el que se sitúan las cosas. Sir Jonathan Miller, director teatral, escultor y escritor, decía que el ser humano no ve espacio sino objetos y es verdad que su dimensión y naturaleza escapa a los límites de la comprensión humana. Pero los artistas viven pendientes y seducidos por él porque saben que es un elemento que puede ser decisivo en su creación plástica; sobre él reflexionan y experimentan, y lo inventan para que su obra funcione y se exprese mejor. De esas invenciones, de su distinta manera de dialogar con el espacio, trata esta exposición que reúne a cuatro artistas asturianos: Elena Rato, Mª Jesús Rodríguez, Antonio Gil-Morán y Gabriel Truan.
Elena Rato (Noreña, 1984), artista polifacética y multidisciplinar de obra siempre en audaz experimentación y expansión semántica y formal, aún cuando haya titulado una de sus muchas series "Gestualidad contenida", expone aquí lo último de su trabajo, las "Pinturas encontradas", que responde plenamente a lo muy imaginativo y versátil de su discurso plástico y constituyen un buen ejemplo de experimentación y diálogo con el espacio a su manera. Son imágenes encontradas y manipuladas con hibridación de técnicas y tendencias para construir nuevas imágenes que luego desbordan los límites convencionales de un cuadro para derramarse por la pared incorporando en el proceso nuevos valores semánticos y sugestiones pláticas. En la línea de artistas de la neoabstracción como Philip Taaffe o la brasileña Beatriz Milheces, su obra es un estallido de energía y una voluptuosa fantasía de coreografía espacial dotada de extraña vida propia. Tiene ecos figurativos y abstractos, del barroco y de las más seductoras artes decorativas.
Frente a tal dinamismo espacial, la concentración del conjunto escultórico de Mª Jesús Rodríguez (Oviedo, 1959), una de las grandes referencias de la escultura asturiana por su creación que a lo largo de una brillante trayectoria artística ha sabido conjugar técnicas artesanales y elementos etnográficos e identitarios con los planteamientos de la escultura contemporánea. El grupo escultórico que podemos ver en esta exposición, está integrado por estilizadas piezas relacionadas con la columna, forma básica de construcción humana desde lo primitivo y totémico, piezas que definen y circundan con su presencia un espacio interior, un espacio que podemos ver como más trascendental que anecdótico si evocamos el vacío sagrado y simbólico del círculo cromlech de piedras y las ideas de Oteiza.
Aunque la estricta bidimensionalidad del plano pictórico es imposible, dado que la menor pincelada la vulnera, Antonio Gil Morán (León, 1959) enfatiza y da prioridad en su pintura a la planitud preconizada por el formalismo abstracto, y sus bien estructurados signos-forma se perciben y se desarrollan en el plano como frontalidad y ausencia de ilusión espacial, bien ajena al "espacio de retroceso". Para la obra de este artista, uno de los tres asturianos premiados con el premio BMW, es adecuada la definición de un lugar ocupado por una forma y también, paradójicamente, la antigua norma de Maurice Denise de la pintura como "superficie plana cubierta de colores dispuestos en cierto orden", de la que se dijo fue una declaración greenbergiana "avant la lettre".
Si esa pintura no propicia la entrada imaginaria del espectador en el espacio, sí lo hace la de Gabriel Truan (Madrid, 1964), exquisito y riguroso pintor de obra menos conocida de lo que sería de desear, a pesar de ser de calidad notable, admirable ejecución y capaz de expresarse con estimulante pluralidad de registros plásticos. Artista que gusta de trabajar con series, titula la que podemos ver en esta ocasión "Los ojos de Patricia", "como una mirada hacia una determinada expresión abstracta relacionada con el paisaje" y esos paisajes imaginarios que, cultura frente a naturaleza, nos recuerdan que la autonomía estética, la obra de arte como creación autosuficiente, ha sido el concepto fundacional de la modernidad artística, esos paisajes digo, atmosféricos e insondables, sí que invitan a perderse la mirada del espectador.
Cuatro diferentes maneras de dialogar con el espacio de cuatro interesantes artistas asturianos.
Rubén Suárez