Descripción de la Exposición
Los efectos de la presión y la súbita expulsión
Artistas participantes: Genoveva Álvarez, Mercedes Azpilicueta, Sophie Dupont, Xavier Rodríguez, Manu Sol Mateo y Geo Wyeth
Curaduría: Mauricio Limón
El origen de este proyecto se encuentra en la ‘diferencia’; en la irrupción del deseo sobre las normas. Surge de la tensión entre el sentido común (lo establecido, pactado, dictado o negociado) y lo absurdo (lo ambivalente, risible, subjetivo, forcluido, abyecto o perturbador); desde la conducta normativa hacia su fractura — misma que se produce en el acto performático; en la irrupción de un agente que se afirma a sí mismo ante los demás desde su propia otredad. Se trata de varios performances realizados como una voz o canto que transporta la percepción del colectivo hacia la embriaguez; un trance-ritual que transmite un mensaje hacia afuera del orden simbólico.
Conforme escribo cada siguiente palabra de este texto me encuentro frente al reto de volverlo un documento archivable o dejarlo desaparecer hasta que la atención del lector se vuelva una carga y comiencen a surgir imágenes subjetivas. Es un reto apasionante y absurdo. Requiere delicadeza pero también chispa. Es como un juego de miradas donde cada palabra que se pronuncia debe incentivar lo que esas miradas no pueden y nunca podrán decir. (El gato de cuatro letras significará una y otra vez el peludo animal de cuatro patas con bigote). Escribo nota al pie; con un uno muy pequeño al costado superior derecho del paréntesis; es una frase de Peggy Phelan. Las palabras han comenzado a ser más pesadas así que iré al grano:
La repetición es un acto sustancial en la práctica performática y, los artistas incluidos en este proyecto, no son la excepción. Es un recurso que utilizan para invocar el trance y quebrar la estructura del acto de observar en público. Como sucede en muchas otras prácticas, hacer performance es romper con uno mismo desde otro mismo que desea no mirarse al espejo sino transportar en un acto la memoria de un colectivo. Sin embargo, ¿qué hace posible diferenciar la práctica del performance de la performatividad en otras disciplinas?
«El cuerpo se canta, el gesto se pronuncia, la voz se vuelve materia», una muestra de cómo este esfuerzo por escribir sobre lo performático puede volverse fallido al primer intento, quizás por falta de práctica o por la ausencia de un cuerpo o una situación que sustituya el tempo de esta lectura. No obstante, estoy cometido a comunicar con palabras lo que esta exposición propone.
Los efectos de la presión y la súbita expulsión muestra al performance como una práctica de supervivencia. Como un sobrevivir a las voces que amenazan y se esconden; a los códigos morales que conducen la conducta, que regulan los cuerpos; a los fantasmas del poder que predominan el orden simbólico, la subjetividad, el placer. ¿Cómo hacerse valer frente al poder del consumo? ¿Aceptarse como un objeto cultural es la opción correcta y quizás la salida más eficaz? Al hacer performance, el sujeto tiene ante sí la opción de comportarse como varios ‘otros’. De no ser un individuo regulado por su contexto sino de hacer un contexto desde otro lugar.
Repetir para afirmar lo que se ha negado una y mil veces hasta lograr que se escapen las palabras del cinturón del lenguaje; poder observar lo que se esconde detrás de las formas de comportamiento; sentir cómo se desprende esa falla del símbolo y se vuele subjetividad, sensación y fantasía desbordada. Por fortuna, una de las pendientes de la risa es la repetición y, como tal, es la repetición una carcajada que oculta y contradice lo que no podemos repetir. En este proyecto se presentan situaciones que responden a contradicciones del contexto cultural en el que han sido pensadas: una botana que deviene en sátira, insultos descompuestos e incomprensibles, personajes con deseos ambivalentes, patrones con recursos limitados, compulsiones amorosas y genitales sobreexpuestos.
A medida que avanzo voy agotando la paciencia de usted lector; prometo que seré breve. Una vez presentados como performance, los proyectos tendrán un desdoble en el espacio y el tiempo. Cada artista dará un paso hacia el inevitable ejercicio de ‘archivar’ su trabajo. La incógnita del formato es la única certeza que podemos tener por ahora, saber que vamos a poder experimentar la materialización de algo irrecuperable y que, por fortuna, no puede ser reproducido como tal sino como una repetición que precisa una falla de la memoria y un sustituto narrativo en consecuencia.
Archivo y repertorio Diana Taylor, en su introducción a Estudios avanzados de performance, sostiene que la práctica del
performance puede concebirse desde dos lugares, proponiendo el archivo y el repertorio.
“La memoria del archivo se registra en documentos, textos literarios, cartas, restos arqueológicos, huesos, videos, disquetes, es decir, todos aquellos materiales supuestamente resistentes al cambio. [...] El repertorio por otro lado consiste en la memoria corporal que circula a través de performances, gestos, narración oral, movimiento, danza, canto; además requiere presencia: la gente participa en la producción y reproducción del conocimiento al estar allí y formar parte de esa transmisión. La memoria corporal, siempre en vivo, no puede reproducirse en el archivo [...]”
A partir de esta propuesta, el proyecto presentado por El cuarto de máquinas se estructura en dos partes: el repertorio consiste en una semana de performance público que se presentará en Biquini Wax, en la explanada del Museo Jumex como parte del proyecto Propuestas para una plaza de Fritz Haeg y Nils Norman y en un recorrido partiendo del Kiosco morisco del 2 al 9 de junio. El archivo, exposición que tendrá como sede la Galería Hilario Galguera, estará abierta al público del 9 de junio al 17 de agosto de 2018.
El proyecto, antes que proponerse encontrar puntos en común entre los artistas, tiene por objeto mostrar las diferencias que marcan cada uno de ellos frente al contexto socio-cultural dentro del cual desarrollan su práctica; creando un diálogo desde los posibles puntos de desencuentro que invite al público — tanto presente como ausente — a hacer un ejercicio de memoria y ceguera. La exhibición tiene como reto articular la memoria subjetivada (experiencia en vivo) frente al encuentro narrativo (experiencia del archivo).
Los efectos de la presión y la súbita expulsión alude a la falta o ausencia de un ‘algo’ que no se puede pronunciar pero sí actuar; de un sujeto que necesita hacer público su deseo desde su propio cuerpo. De ahí que no sea posible delegar el acto performático a otros, puesto que se carga con una fuerza que está en juego y ha de ejecutarse personalmente. Delegar el performance es una práctica poco habitual en los artistas de este proyecto. Todos ellos enfrentan su deseo a través de capturar la atención del público con diversas estrategias que colisionan entre sí a partir de sacudir, agitar, comprimir o ajustar sus cuerpos ante diversas formas de presión tanto físicas como emocionales. Si he de mencionar un punto en común entre todos ellos, sería la necesidad por negarse a ser clasificados y por oponerse ante los agentes dominantes del género, subjetivados históricamente y sedimentados en el inconsciente. Y es precisamente esa sedimentación la que configura la materialidad de sus fantasías. Tal fuerza expresiva cobra formas que se adecuan y quiebran los límites que la normatividad impone a nuestra conducta; es siempre necesario hacer performance de lo que está socialmente negado e instrumentado para desaparecer.
Mauricio Limón
Actualidad, 06 jun de 2018
#loquehayquever en México: artistas iberoamericanas, activismo y videoarte
Por Paula Alonso Poza
Dos retrospectivas destacadas –la de la portuguesa Leonor Antunes en el Museo Tamayo y la de la argentina Carla Zaccagnini en Museo Experimental El Eco- lideran la programación vigente en México.
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España